Manuel López Camarena

El Yelmo de Mambrino

Manuel López Camarena


La España de hoy no puede gestionar tanta crisis

25/03/2021

Con la cuarta oleada llamando a la puerta y con más de un fallecido que ya se había colado hasta el zaguán e incluso hasta la cocina, el célebre bichito, que ya ha trastocado la vida de casi 150 millones de seres humanos y se ha llevado la vida de tres millones, continúa haciendo de las suyas, entre las que destacan la siega de vidas y las claras y asesinas mutaciones que, entre otras cosas, tienen como principal misión esa, segar vidas humanas y dejar, a millones de ellas, con graves e irreversibles secuelas en demasiados casos. Eso, a nivel general. A nivel nuestro, a nivel de andar por casa, a nivel de desacuerdo entre regiones -hoy podemos darnos cuenta no sólo del fracaso del llamado Estado de las autonomías, sino de lo fácil que ha resultado acabar con la, en unas zonas menos y en otras más, tambaleante concordia entre provincias y aun entre barrios. Y añado que la campaña contra la realidad madrileña de hoy, dirigida por el PP, ha sido realmente inmisericorde, por no decir, que lo digo, canallesca. Las trapacerías del PSOE y su gusto por las traiciones, incluso contra la tan amada, traída y llevada II República -ejemplo: revolución de Asturias- han vuelto a ponerse de manifiesto con el poco elegante asunto de las mociones de censura… y de los grandes expresos europeos de Murcia, Castilla y León y demás movimientos de gentes, de los llamados dirigentes, a los que no les ha importado promover graves crisis, no ya en tiempos de salud y bonanza, sino de grave crisis sanitaria con cientos de personas prisioneras en los hospitales de España por culpa de la pandemia. Una ocasión más que pierde este partido de asumir un puesto relevante en el movimiento socialdemócrata europeo, ya que está, siempre receloso, alineado con el radical comunismo que representa Pablo Iglesias y sus adoradores. Menos mal que el del moño se ha auto descabalgado de la primera línea de combate y sólo por eso se suavizará el panorama, que falta hace. Ya solo falta que el caballo de Sánchez, don Pedro, pierda las manos y lo tire, porque éste solo, y escaso de tantas cosas como anda, puede hacer más daño aún que Pablo.
Pero al igual que el hombre no vive sólo de pan, la situación nacional, con permiso de los líderes separatistas, incluida esa lumbrera mallorquina que en su analfabetismo ideológico ha llamado franquistas a tres preclaros marinos españoles del siglo XIX, los almirantes Churruca, Gravina y Cervera, y les ha quitado el nombre de otras tantas placas de calles que tenían y daban nombre a tres importantes calles de aquellas islas. Por cierto, cada día más lejanas para muchos, e incluso volatilizadas como el Krakatoa. Como ven, la izquierda española, empeñada en ganar ahora la Guerra Civil, acabada hace más de 80 años, -¿se imaginan a Alemania maniobrando ahora para ganar la II Guerra Mundial?-, se empecina en seguir haciendo el ridículo con detalles como estos, desastrosa, ¿y dolosa?, gestión de la pandemia, falsedades ¿dolosas? sobre la lenta vacunación, ausencia de una postura de ayuda a la vacunación de nuestras últimas colonias de África y Asia, más olvidadas que unas bragas viejas, cuya situación, especialmente la del pueblo saharaui, es más que lamentable y denunciable, etc. Pedro, Perico, sigue escondido mientras la pasa el muerto, los muertos casi 100.000, a las comunidades. Y estas hacen de su capa un sayo, mientras acumulan cadáveres, empezando por la nuestra, Castilla-La Manxa, que es campeona, proporcional, en fallecidos en toda la crisis, lo que quiere decir, guste o no, que todo se ha hecho muy mal, excepción hecha del trabajo profesional de todo el personal. ¡Pobre pueblo español!