José Rivero

Doble Dirección

José Rivero


Natalicio u obituario

07/10/2020

La celebración de un día mundial de algo, y cada día hay más y más onomásticas y celebraciones que añadir -del Niño, de la Mujer, del Medio Ambiente, de los Animales, de la Paz, o del Agua- tiene tantos tintes celebrativos del natalicio festejado como aromas mortuorios del cadáver a los postres. Y es que, como decía Antonio Machado, cantamos -y de suyo, celebramos- lo que desaparece y se desvanece.
Si el pasado día 5 fue nominado por la Unesco como el día Mundial de la Arquitectura, es tanto la celebración por el aviso de su importancia en la construcción de las vidas humanas y de las ciudades, como del evidente peligro de su lenta e imparable extinción. En una disyuntiva, cada vez más tensionada y tersa entre los asentamientos de miseria -en Argentina a los suburbios de chabolistas los llaman Villas Miserias- y las arquitecturas del super espectáculo de las pasarelas mediáticas y del papel cuché.
Entre nosotros, esta celebración del año en curso ha venido presidida y jalonada por las denuncias reiteradas en la manipulación colorista del pabellón de deportes de Getafe, realizado por Miguel Fisac y un grupo de jóvenes arquitectos (González, Aleixandre, Sánchez-Mora y Oro) en 2003. Denuncias del colectivo de arquitectos, de la Fundación Fisac, de prensa especializada y de los propios autores. Y que ha merecido la atención colorista del colectivo Boamistura, para alterar la piel preexistente del edificio, sin acuerdos previos -que previsiblemente, no habrían obtenido- con los autores vivos, en la medida en que Fisac desapareció en 2006. Atención, denuncia y debate que desconocemos cómo concluirán, pero que deja en evidencia muchas actitudes indiferentes, cuando no hostiles, hacia la arquitectura contemporánea. 
Podríamos haber ampliado el discurso en dos direcciones, para rememorar el Día Mundial de la Arquitectura: tanto sobre las actuaciones del grafiti urbano en piezas construidas, como del abandono de la obra de Fisac, de lo cual en Ciudad Real tenemos platos bien servidos. Los silos coloreados, del proyecto público Titanes, de Okuda San Miguel, entre otros artífices implicados, componen el primer escalón del escándalo en cabeza ajena y del silencio en la propia. Igual que el lamentable abandono de la antigua Casa de Cultura del Paseo del Prado, compone un gesto de desprecio sobre la obra del mismo autor, que en unos casos -como en Getafe- se airea en medios y en prensa, y en otros se calla y otorga. Como si no pasara nada. Por ello el Día Mundial de la Arquitectura como natalicio, pero también como obituario.