Miguel Ángel Jiménez

Comentario Dominical

Miguel Ángel Jiménez


Humilitas

15/10/2021

Ser cristianos, sin más, es un estilo de vida determinado y concreto que tiene una única referencia: Jesús de Nazaret. No se trata de cumplir etapas o de coleccionar sacramentos. Eso vale para la enseñanza Infantil, Primaria y Secundaria, para el Bachillerato y posteriores grados y postgrados. En una empresa se va subiendo de escalafón y se puede llegar hasta lo más alto. Ser cristiano es, y debe ser, otra cosa. Se trata de ser servidores de los demás, de amar hasta el extremo entregando la vida por otros en silencio, calladamente. La humildad es el mayor destino de la vida cristiana porque solo desde ella se puede estar unido a Dios, acoger su misericordia, su perdón y su gracia. Solo desde la humildad podemos mirar a los demás como iguales. Pecamos gravemente en la Iglesia cuando queremos aspirar a puestos, rangos o estatus. Con el salmo 130: «Señor, mi corazón no es ambicioso, ni mis ojos altaneros; no pretendo grandezas que superan mi capacidad; sino que acallo y modero mis deseos, como un niño en brazos de su madre».
Antes de ayer, el pasado miércoles, el papa Francisco firmó el decreto que reconoce la veracidad del milagro atribuido al papa Juan Pablo I en una niña argentina de 11 años que sufría encefalopatía. Los médicos ya habían perdido la esperanza. Sin embargo, está curada. 'El papa de la sonrisa', Juan Pablo I, solo necesitó treinta y tres días de pontificado para que el mundo reconociera lo que su lema enseñaba: humilitas (humildad).