Amigo Sancho, espero que al recibo de ésta te encuentres bien. Yo bien, gracias  a Dios.
Cuando llegan estas fechas, para una empresa es el momento de hacer balance y ver si se han logrado los objetivos previstos al inicio del ejercicio. Algo parecido puede pasar en el fútbol. En el caso del Manchego, los objetivos marcados al inicio de la temporada se van cumpliendo con un conjunto que está dirigido por un hombre que sabe mucho de este deporte y con unos jugadores que saben interpretar las órdenes del entrenador. La junta directiva, con el presidente al frente, y los aficionados estamos disfrutando de cómo se van logrando esos objetivos.
Si nos fijamos en el partido del pasado sábado, partiendo de la base de que el Toledo es un conjunto más débil que otras temporadas, vimos a un Manchego que se llevó los puntos sin aparentemente hacer un gran esfuerzo para interpretar la partitura que correspondía, marcando dos goles preciosos en su ejecución y en momentos imprevistos. 
En mi opinión, fueron dos goles de libro, con un mismo autor, Verdú. El primero en un córner nada más empezar el partido. Cuando nadie espera que vaya a suceder nada, aparece Verdú en la frontal para enviar el balón al fondo de la portería. Yel segundo, cuando está a punto de concluir la primera parte, el propio Verdú recibió un balón en largo y el cancerbero local no pudo evitar el gol.
Llega el momento de felicitar la Navidad a todos y esperar a que llegue el 7-8 de enero, cuando el Manchego visitará Marchamalo para remachar los clavos de un camino que le va conduciendo hacia la Segunda RFEF.
Bueno Sancho, nada más por hoy. Recibe un abrazo de éste tu amigo que lo es.