Antonio García-Cervigón

Buenos Días

Antonio García-Cervigón


El tenor universal Plácido Domingo

19/01/2021

El tenor universal Plácido Domingo concedió al periódico La Razón una entrevista que los aficionados a la Lírica han agradecido de manera generosa, pendiente como estaban de su vuelta a los escenarios, desmintiendo por acoso a una compañera, ejercida sin prueba alguna.
En su encuentro con la prensa, el cantante traza su perfil personal, en el que destaca el buen trato que ha dispensado siempre a compañeros de profesión y a sus numerosos seguidores, «soy una persona normal. Me reconocen por la calle y eso me halaga, pero luego disfruto con la familia o viendo un partido de fútbol, no me creo para nada un divo». 
Entre los compañeros habla de Monserrat Caballé, que mantiene que fue una artista que España y el mundo entero nunca podrán olvidar; «tengo maravillosos recuerdos de todas las funciones que tuvimos juntos: la belleza de su voz, sus divinos pianísimos y su gran dominio del fiato, además de su gran simpatía». El tenor, que formó parte de ‘Los tres tenores’, indica que cada uno puso sus mejores talentos en las piezas que interpretaron, pero a lo profesional se le unía «nuestra pasión por el fútbol». El periodista Pedro Narváez le inquiere sobre de lo que está más orgulloso. ¿Cuál cree que es su legado? Cuando está a punto de cumplir sus 80 años. Y la respuesta engarza con las raíces familiares, puesto que sus padres Plácido Domingo Ferrer y Pepita Embil, barítono lírico y soprano, eran amantes de la zarzuela; «intenté mejorar lo que pude con lo que mis padres me dieron para comenzar mi carrera, creo que se sentían orgullosos, y también como amantes de la música. Y respecto a mi legado, tal vez el eclecticismo del repertorio que abordé, y el deseo de hacer que los personajes que interpreté cobrasen vida en el escenario». 
El periodista siente ahora curiosidad para ver la reacción que tuvo el cantante cuando al final los espectadores aplauden de manera enfervorizada: ¿Qué siente el artista cuando recibe un aplauso de ochenta minutos, como el que vivió en Viena con ‘Otello’? Y el tenor, que también ha representado papeles de barítono, rodea aquella velada artística de cierta confusión: «El entusiasmo del público parecía no tener fin, fue increíble y también divertido, ya no sabíamos qué hacer después de tantas salidas al escenario». 
El mejor tenor del mundo, allá por el año 1988, tuvo la gentileza de donar su premio a la Lírica ‘Federico Romero’, dotado con cien mil pesetas, a la ACAZ de La Solana, que le devolvería la gratitud concediendo y entregando la ‘Rosa de azafrán de oro’ al año siguiente en el Auditorio Nacional de Música de Madrid. La buena amistad siguió con su representante en nuestro país, José María Chinchilla, que nos desvelaba que el cantante en un vuelo Madrid-Nueva York fue leyendo dos libros editados por la citada asociación, comentando de manera elogiosa lo que La Solana hace por la zarzuela. Y en esas estamos.