Asombroso el concepto «lastre» cuando te lo explica un experto, porque lo hemos identificado como «algo que sobra» y, sin embargo, es algo que necesitas o dejas de necesitar. No puedo privarles de la explicación para idiotas (lo que yo necesitaba) de dicho experto en mecánica de fluidos: un barco con las bodegas diáfanas tiene sus tanques llenos de lastre (agua marina), y conforme va metiendo carga en las bodegas, va soltando ese agua al mar. De igual manera, cuando llega a destino y empieza a vaciar las bodegas de carga, las compuertas se abren y el agua de lastre va entrando a los tanques. ¿Conclusión? Usando bien el lastre, el barco siempre estará al mismo nivel. Puto Arquímedes…

Leo que el Real Madrid está «deslastrando» de maravilla. Y que el Barça quiere hacerlo pero le sale regular. Los blancos acaban de colocar a James y están a punto de librarse del sueldo de Gareth Bale, y que han sacado dinero por Óscar y pastizales por dos laterales como Achraf y Reguilón. Y que los azulgranas van desahogando tesorería con las salidas de Rakitic, Arturo Vidal, ésa de Suárez que se les está enquistando e incluso hay gente en Barcelona que sigue haciendo números y tirándose de los pelos tras la no salida de Messi y lo que eso suponía económicamente para el club…

Perfecto. ¿Y cómo aguantamos el barco cuando las bodegas estén vacías? Es decir, ¿a quién traemos para mantener el nivel? «Es que es año de recesión y austeridad», reza el mantra del mercado. Eso de «las gallinas que entran por las que salen» es el concepto del equilibrio que los clubes grandes están olvidando. Primero que salgan, ya veré yo cuando lleno. Dicen que el Madrid, en 2021. Que el Barça, en 2022. Y a rezar para que las leyes de la mecánica de fluidos (o el fútbol, básicamente) no les hunda la nave.