Rafael Cantero

Historia en Piedra

Rafael Cantero


Antiguo Palacio de Correos y Telégrafos

29/01/2021

En los primeros años del siglo XX empezaron a construirse en España las primeras Casas de Correos y Telégrafos, que, por su estilo constructivo, monumentalidad y belleza, hizo que la prensa de la época, en imitación de Madrid, las denominara Palacio de Correos y Telégrafos.
Estas nuevas casas de correos surgieron como consecuencia de un proyecto político del partido conservador, al que pertenecía Emilio Ortuño y Berte, que fue director general de Correos y, posteriormente, ministro de Fomento. Impulsó y revolucionó el sistema de comunicaciones, consistente en acompasar el imparable avance tecnológico de los procesos con la modernización de los edificios.
Emilio Ortuño promovió lo que algunos especialistas en la materia calificaron como «fiebre constructiva» en Correos y Telégrafos, a tenor de la cantidad de edificios levantados para tal fin en numerosas capitales de provincias. De hecho, en 1908 decidió que había que edificar 55 nuevas sedes a lo largo de la geografía española, que debían ubicarse en una situación urbana privilegiada y presentar una imponente concepción monumental con manifiestas condiciones de belleza, comodidad e higiene.
En este contexto, en 1917, el Estado compró el edificio situado en la calle Toledo esquina con plaza de la Constitución (entonces de Luis Muñoz) que había albergado con anterioridad el Teatro de la Amistad, inaugurado el 15 de agosto de 1849, que posteriormente se denominaría de la Concordia y años más tarde, Cervantes, con el fin de construir en el solar la Casa de Correos y Telégrafos. 
La Dirección General de Comunicaciones del Ministerio de Fomento encargó en 1926 la redacción del proyecto a los arquitectos Joaquín Otamendi Machimbarrena y Luis Lozano Losilla. Ellos fueron los encargados de redactar los proyectos de las Casas de Correos y Telégrafos de provincias como La Coruña, Segovia, Gijón, Valladolid, Soria, Sevilla, e incluso el Palacio de Comunicaciones de Madrid, situado en la plaza de Cibeles, actualmente sede de la Alcaldía de Madrid, y la posterior ampliación de la calle Montalbán.
El edificio de la Casa de Correos y Telégrafos de Ciudad Real fue inaugurada en 1930. Se trataba de un edificio de tres alturas, con una sobria fachada monumental de corte racionalista, donde destacaba la simetría y combinación de huecos, con amplios ventanales tanto en la planta baja como en las superiores.
La entrada principal estaba por la calle Toledo y nada más traspasar la portada aparecía el vestíbulo de ingreso, y un poco más allá, la gran sala central del edificio, que era un patio de luces acristalado. La planta baja estaba repartida entre cartería y telégrafos, así como el despacho del director y los servicios relacionados con la atención al público, como certificados, valores, giros o venta de sellos. En las plantas superiores se repartían los negociados tanto de Correos como de Telégrafos y los servicios relacionados con los mismos. 
En su fachada principal eran característicos y populares los buzones en forma de cabezas de león, donde se depositaban las cartas, clasificándose según su destino: provincial, nacional o extranjero.
Con el transcurrir de los años, el edificio se fue quedando pequeño e inoperativo para las necesidades modernas, por lo que en 1986, el antiguo palacio de Correos y Telégrafos dejó de estar en servicio, construyéndose un nuevo edificio con unas instalaciones acordes a los tiempos actuales, en un solar resultante de la remodelación de la plaza de la Constitución, frente a la Diputación Provincial.
En el espacio donde estuvo el antiguo palacio de Correos y Telégrafos se construyó el edificio anexo de la Diputación Provincial.