Antonio Herraiz

DESDE EL ALTO TAJO

Antonio Herraiz


Medina Sidonia

02/07/2021

A Medina Sidonia puedes ir a ver su castillo o la iglesia de Santa María la Mayor la Coronada, con entidad suficiente para tener la categoría de catedral. Si eres de los que te gustan las piedras y el saber de tiempos lejanos, el museo arqueológico está también muy logrado. Y si tienes piernas para subir y bajar, estás en el sitio ideal para perderte por el interior de sus viejas murallas, entre arcos monumentales y el luminoso blanco gaditano. En el arco de la Pastora, también llamada puerta de la Salada por la particularidad de unas aguas que en su día sirvieron de abrevadero para los animales, está una de las fotos más típicas. La imagen queda estropeada por una gasolinera, que en su día fue herrería y que rompe la estética de un entorno envolvente. Es ahí donde uno comprueba que fechorías arquitectónicas se han cometido en todos los lugares, por milenarios que sean.
La primera vez que llegué a Medina fue siguiendo los pasos de la ruta del toro. En la finca La Zorrera pastan las reses de una de Cebada Gago, una ganadería de las denominadas toristas. Es un clásico de San Fermín, ahora que llevamos dos años huérfanos de una de las fiestas que más ha dado a este negocio y de la que no se han mostrado muy convencidos los aficionados cortos de miras. De aquello han pasado más de 15 años y uno tiene ganas de volver, sobre todo acompañado de los que reniegan de un espectáculo sin conocer el principio y sin entender el final.
De vuelta al casco de Medina, en la plaza de España hay dos peñas futbolísticas. En un extremo, la cadista Manuel Irigoyen, presidente durante la etapa más gloriosa del equipo amarillo. La tarde no es extremadamente calurosa para un verano recién estrenado y a sus puertas, sentados en pequeños taburetes, varios hombres ven pasar el tiempo mientras los chiquillos corretean dentro de la plaza. En el otro extremo, la peña madridista, donde recuerdo haber echado unos vasos en su día con mi compadre Raúl, permanece cerrada librándose de las temperaturas o esperando mejores tiempos para el equipo.
Tenía ganas de volver a Medina Sidonia y recordar la historia del jerezano Alvar Núñez Cabeza de Vaca, retratada con precisión por Chani Pérez Henares en uno de sus libros más completos. Uno más. Cabeza de Vaca nació en Jerez y fue el primer gran indigenista. Es un personaje fascinante que atravesó de costa a costa América, desde Florida al Pacífico. Antes de su aventura, combatió en Italia y en la guerra comunera, en el bando realista, con las tropas del duque de Medina Sidonia.
De Cabeza de Vaca no encontré rastro alguno por las calles de Medina. Si le honran en su pueblo, con una fuente y una figura de bronce junto a las antiguas murallas de Jerez. En Medina recuerdan al almirante Pascual Cervera Topete, ilustre hijo de la localidad. Murió en 1909, pero Ada Colau le quitó hace tres años una placa en Barcelona ‘por facha’. Murió 13 años antes de que el fascismo naciera en Italia, pero eso a la alcaldesa le importa poco y a los que le bailan el agua mucho menos. Le quitaron la placa y el nombre de la calle para dársela al humorista Pepe Rubianes, con muchos más méritos y más gracia que el almirante. Lo intentó también este año el alcalde de Palma, con nulos argumentos históricos que le obligaron a paralizar el cambio. También las quería borrar por ‘franquistas’. Hice foto a su imagen en Medina. Por lo que pueda pasar.