Antonio García-Cervigón

Buenos Días

Antonio García-Cervigón


Maneras de leer y ‘la Comadre’

09/05/2023

Se cuenta, y así ha llegado a través de la tradición oral, que en las tardes calurosas de los meses de mayo y junio, un conocido y querido maestro solanero de principios del siglo pasado solía descabezar alguna que otra siestecilla, mientras que los alumnos se afanaban en hacer los ejercicios y problemas que previamente había propuesto el docente. Con el fin de disimular su modorra, solía parapetarse tras un periódico que le ocultaba por completo a la vista de los escolares. Pero un día, en sus prisas por entrar en el reino de Morfeo, cogió precipitadamente el periódico y lo puso al revés, es decir, con las letras boca abajo. Uno de los alumnos que advirtió la anomalía se acercó con la mejor intención y le dijo: «Don Diego, que tiene usted el periódico al revés», a lo que el maestro, con aire de suficiencia, contestó: «Cállate, so mentiroso, que el maestro lee como le da la gana».
 En días de política hasta en la sopa, las elecciones municipales y autonómicas están a la vista. Y con el fútbol, además, llenando espacios por doquier y parlamentos a gogó, hoy juega el Real Madrid las semifinales de la Champions frente al City en el estadio Santiago Bernabéu, y según todas las encuestas, los pupilos de Guardiola doblegarán esta vez al actual campeón de Europa. Mi opinión es que si el sabio Ancelotti sabe desactivar los lanzamientos en carrera que le prepararán a Haaland sus compañeros, el Real Madrid estará en condiciones de luchar por seguir su marcha triunfal por Europa.
 Por ello, deseo proseguir con una nueva anécdota ocurrida en otro tiempo y en otra aula solanera. Vean. El jueves anterior a la semana de Carnaval se celebraba lo que tradicionalmente se llamaba 'Día de la Comadre'. Con tal motivo, los escolares solían obsequiar a sus maestros con algunos presentes de la despensa casera: huevos, aceite y harina. Ni que decir tiene que en los primeros años del pasado siglo era cuando el maestro al que llamaban 'El Cojillo' desarrollaba su labor docente. Por aquellos días, la vida estaba bastante maltrecha en todo y más en lo económico. Ese 'día de Comadre' era esperado como una verdadera jornada de frutos apetecibles. Uno de aquellos años, el apretarse el cinturón debió adquirir proporciones alarmantes y los alumnos no tuvieron otro recurso que obsequiar a su maestro con naranjas, fruta no muy prodigada entonces, pero que los familiares habían tenido ocasión de adquirir, unos días antes, de unos camiones valencianos en muy buenas condiciones económicas. Ese día en cuestión, nuestro protagonista docente montó espera con verdadera expectación. Entraron los alumnos cada uno con su presente. Al principio, recibió con agrado los primeros regalos de naranjas, pero a medida que se repetía la coincidencia, y veía aparecer a un alumno con la consabida fruta, exclamaba con desaliento; «¡Otro con naranjas, otro con naranjas!». Ahora es tiempo propicio para las promesas. Los políticos no se cansan. El viejo profesor Tierno Galván, ya lo advirtió; «Están y se dicen en los mítines para no cumplirlas». Y en esas estamos.