Antonio Pérez Henares

PAISAJES Y PAISAJANES

Antonio Pérez Henares


Nostalgia de Filomena

03/12/2021

Con menos destrozo por los montes y sin el colapso brutal que sufrieron las ciudades, pero lo cierto es que anhelo que venga una nueva Filomena. Un poco más pequeñita pero que suba de una cuarta la nieve. Eso desde luego. Para nevadas de menos de una cuarta ya no estamos.
La empiezo ya a echar en falta, que quieren que les diga y por razones muy varias. La primera y objetiva es que tenemos las tierras y los pantanos resequitos, por el centro y por el sur, y no hay mejor agua que la nieve. Las otras son más subjetivas, pero puede que más de tres las compartan. Que me gusta ver nevar, que cuaje y que se mantenga mucho tiempo por los altos. Y otra, y no menos importante, que una nevada da para mucho que hablar y hasta para escribir y durante ese tiempo suena menos la insoportable y esta sí que pertinaz e inacabable, berrea política. La nieve en las pantallas de la tele tiene la virtud, al menos, de que borra durante algunos minutos sus poses, posados y sus cada vez más cansinas peroratas. Y como a los tertulianos les da lo mismo, porque saben de todo, si lo sabré yo que estaba en ello y opinaba hasta de Física Cuántica, que no tengo ni idea de lo que es, pero opinaba, y no van a dejar de tertulianear de todo ello y rápidamente crear dos posiciones enfrentadas para que haya espectáculo y suba el share ese.
 Así que el Thorin, o sea mi perro, y yo nos vamos para el monte a ver si hay suerte y nos cae una buena manta de nieve para verla primero verla caer a cubierto y calentitos en la cabaña y luego salir al día siguiente a ver, de cazar nada, está con mucha razón prohibido, las huellas de los habitantes del bosque marcadas en la sábana blanca. Que esa es otra de las maravillas. El descubrir toda esa vida que no vemos y descifrar la historia que nos cuentan. La del zorro tras la liebre, la del jabalí cruzando y las del bando de perdices.
  La nieve tiene algo en su entraña que parece que nos regenera y que nos limpia. Limpia la atmósfera, lava los cielos y yo creo que también nos lava a nosotros el alma y la mirada.
Y si tuviera que elegir una imagen no tendría duda. La nevada sobre los campos, en noche, rasa, con las estrellas destilando el frío por cada una de sus puntas y la luna iluminando los labrantíos blancos.  

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