Antonio Pérez Henares

PAISAJES Y PAISAJANES

Antonio Pérez Henares


Rabia y vergüenza

19/05/2023

Mi primer impulso era no escribir, no quería hacerlo, el deseo era dejar pasar, sin una letra, la semana en blanco y en silencio. Pero quizás el viejo hábito de cumplir, no sé si de un sentido, o algo parecido del deber me ha hecho ponerme a teclear y más que exponer ante ustedes un pensamiento dejar aquí un sentir, una profunda y entristecida desazón y un intenso malestar en las entrañas.
Lo expresaré con toda crudeza y sencillez. Es rabia y es impotencia a la vez. Estaba ahí, royendo el corazón y lo ahora sucedido ha hecho que aflorara todo el pus.
El alarde de los asesinos, la obscenidad de los terroristas, la vileza de quienes los han estado blanqueando y la miserable mentira de quienes, encima pretenden apropiarse de lo que fue el sufrimiento, la resistencia, la batalla y la victoria de toda una nación y de una sociedad. Una victoria contra quienes nos querían matar y nos mataban para matar nuestra democracia. Los vencimos, sí. Y lo hicimos todos y sufriendo todos. Los derrotamos y acorralados, aislados y despreciados por sus hechos y crímenes por una inmensa y enorme mayoría se tuvieron que rendir.
Pero ahí obtuvieron su primera victoria. Zapatero convirtió la derrota de ETA, utilizando un adoctrinado y sometido a su voluntad Tribunal Constitucional para darle a cambio y de inmediato, sin tener siquiera que dar muestra de ningún pesar ni arrepentimiento por el terrible daño y el dolor sino ufanos de ello, una bula e indulgencia total y, contra la decisión del Tribunal Supremo, que se negaba a ello los legalizó. Porque eran los mismos como todos sabíamos y ahora con total claridad ya han proclamado sin el más mínimo pudor.
Lo que luego su sucesor Sánchez hizo fue si cabe aún peor. Fue mentira y traición. Aquel no y cuantas veces que quiere que se lo diga, de que jamás pactaría con ellos y no solo hacerlo sino convertirlos en socios y aliados preferentes de su gobierno en la nación y allí donde le convino, como en Navarra, hacerlo también. El pago ha sido cuantioso y tan enorme como la indecencia y la indignidad del dolor añadido a sus víctimas, a su memoria y a la de todos intentando ya no blanquear su atrocidad.
Y eso me lleva a la ira y a la impotencia, también. Porque si puede, y temo que podrá, volver a hacer lo que ha hecho y aún más. Ya ni siquiera dice que no lo hará. No solo es que piense pactar, es que los pactos futuros los tiene pactados ya. En Navarra, mañana y en España, si le dan los números, después.
La vergüenza me viene por otro lado. Mas cercano, por esta tierra nuestra y por quienes pretenden ser o seguir siendo quienes la gobiernan. El espectáculo degradante, romo y sucio que están ofreciendo, por un lado, por el otro y por doquier está alcanzando en esta campaña electoral cuotas de indigencia mental y moral que no había visto jamás. Y no digo más, sino que me duele, que me abochorna y me entristece. Punto final.