Antonio García-Cervigón

Buenos Días

Antonio García-Cervigón


La lengua como arma política

10/11/2020

La opinión de nuestra dama del teatro en España, Nuria Espert, sirve de argumentario al tema de hoy: «El nacionalismo es un enemigo. A la cultura no le va bien por la fuerza a elegir; esta sí, esta no». El nacionalismo es un veneno, es algo muy negativo.
«Para el mundo de la cultura, del pensamiento, de las artes, es muy negativo». Reiteraba, también para otros campos sensibles a los ciudadanos, como es la educación. Un claro ejemplo: la ‘cruzada’ a favor del castellano o español de quienes defendían el bilingüismo en Cataluña. Algunos padres presentaban denuncias del acoso sufrido en algunos municipios por pedir más clases en castellano para sus hijos. En ese tiempo, reclamaban algo tan natural, que se cumplieran las sentencias que fijaban el derecho a un 25% de clases de castellano en los colegios que marcaban en la PGA: 19 horas en catalán, tres horas en español y otras tantas para el inglés. Casi nada. Los temores de los progenitores ofrecían un panorama desolador en sus juicios: «Nos da miedo lo que puedan enseñarles a nuestros hijos. Hay una dictadura encubierta». 
Y por aquellos días, mes de junio de 2014, ya había constancia de que el Gobierno catalán intentaba adoctrinar mediante la educación. La otra campaña, la política había aparecido y estaba presente en la escuela: pujoles, rufianes y puchis ya se mostraban de manera directa contra España, acentuaban y extendían la toxicidad de sus tentáculos activados por el independentismo, que se acentuaba, cada vez más, en la sociedad catalana. Un ejemplo: la hija de Antonio y Mónica fue agredida en el colegio de Sabadell por llevar una bandera de España en la carpeta de lengua castellana. 
La nueva ley que prepara la ministra Celáa está condenada al fracaso porque no se ha contado ni con padres ni con los profesionales. La ley educativa en vigor, según el informe PISA no pasa por sus mejores momentos. Quien llega al final de la ESO redactando mal y con faltas de ortografía no ha estado escolarizado, ha estado acogido en un espacio mal llamado centro docente. Aprobar el Bachillerato con asignaturas pendientes supone el fracaso rotundo de que los valores que debe ejercerse en el aprendizaje: esfuerzo, sacrificio y estudio ya los tenemos aparcados en la historia de nuestros sistemas educativos. 
De la ley que se prepara se conocen algunos principios ingratos y totalitarios: acabar con la enseñanza concertada y la lengua como resistencia política. Colocar al catalán por encima de la lengua oficial que se habla en España y lo parlan casi 600 millones en el mundo ya se hacía, pero de manera oficiosa. En mi ciudad se dice que no es conveniente que los vagones le echen delante a la máquina en lenguaje ferroviario De pena. Y en esas estamos.