Los datos arrojados por varios sondeos demoscópicos –desde el CIS a Gad 3, desde Sigma 2 a Metroscopia por citar algunas muestras significativas en los últimos días autorizados para publicar sondeos– para las elecciones del día 28, proyectan fuertes incertidumbres y algunas reflexiones oportunas. Así, para el Parlamento regional, las simplificaciones y proyecciones realizadas arrojan un balance final de 16 escaños para el PSOE –que bajaría desde los 19 anteriores de 2019–, y que ganando las elecciones del domingo no alcanzaría la mayoría necesaria para formar gobierno, fijada en 17 escaños. El PP, de acuerdo a esas estimaciones, obtendría 14 escaños, que incrementan su cuenta en cuatro asientos, pero que necesitaría apoyos para gobernar. Ciudadanos pasaría de los cuatro obtenidos en las elecciones anteriores a uno solo, en la circunscripción de Albacete. Y la nueva fuerza en el parlamento sería Vox, que estrenaría posiblemente dos escaños –uno en Ciudad Real y otro en Toledo–. Con esos resultados, cualquier suma se complica, como mostraba García-Page en el debate televisivo del día 22 en CMM, al afirmar que sólo habría dos opciones en las urnas del día 28: o mayoría para el PSOE o coalición al canto del PP con Vox, como ya ocurriera en Castilla y León. Con los datos disponibles, García-Page precisaría del apoyo de Ciudadanos para alcanzar la mayoría absoluta, tan improbable hoy como el apoyo de esta formación al bloque alternativo del PP-Vox, que sumaría igualmente 16 escaños con los datos proporcionados. Con todo ello, sólo cabría, como posibilidad, la formación de un gobierno del PSOE –en minoría– como lista más votada. Salvo composiciones de última hora.
Algo parecido, ocurriría en el plano municipal en Ciudad Real capital. Ninguna formación mayoritaria –PSOE y PP– llegaría a los 13 concejales de rigor, necesitando apoyos complementarios de otras formaciones para alcanzar mayorías suficientes. Según esas proyecciones Unidas Podemos mantendría un concejal; igual resultado que el que obtendrían Vox y Ciudadanos. Eso dejaría sólo 22 concejales a repartir entre los grandes partidos. El PSOE, según ello, repetiría el resultado de 2019– con 10 concejales–, mientras que el PP podría alcanzar 12 concejales. Ese escenario abriría la alternativa de centroderecha con el escaño de Ciudadanos; o la alternativa más extrema –influida por los acuerdos regionales en el horizonte– con el apoyo de Vox.
El caso de la Diputación Provincial plantea otra complejidad al entrar en liza todos los datos municipales, pero todo habla de una inflexión posible, que pasaría del 15-10 actual al 13-12 en favor del PSOE.