Escolástico González

Fontanería Pública

Escolástico González


Yo, alcaldesa

07/12/2021

El 18 congreso provincial del PSOE ha sido un paseo militar para los más de 209 compromisarios y el resto de invitados. Nada que discutir, todo aprobado por aclamación, sin una sola voz crítica y el secretario general reelegido para los próximos cuatro años. José Manuel Caballero no tiene rival dentro del partido y no lo tiene porque controla estratégicamente cada detalle en cada agrupación y sabe cómo hacerlo, nadie con más experiencia para ello en la provincia que él mismo. No le restare ni un ápice al mérito político que eso supone. Otra cosa distinta es estar de acuerdo con el modelo de participación de la militancia para la asistencia al congreso.

Claro que, visto desde la óptica que el mismo secretario general indicaba en una entrevista previamente al congreso, comparando el cónclave político con la asamblea de una empresa, donde el consejo de administración y el CEO dan cuenta del balance de la compañía, véase la entrevista realizada en este periódico el día 20.09.2021, los resultados presentados son magníficos en número de diputados generales, autonómicos, provinciales, ayuntamientos ganados, concejales, etc., pero, al igual que el punto anterior, también existen otras formas de ver la participación real del partido en la provincia y que van más allá de un balance cuantitativo de número de cargos electos obtenidos. Porque, visto exclusivamente desde esa óptica el partido se convierte, exclusivamente, en una maquina electoral y deja de ser un cauce de participación política del ciudadano y del militante.

Pero, siguiendo con el símil empresarial, si se mide y se compara el éxito de un congreso provincial con la aprobación del informe de gestión realizada por el equipo que acaba su mandato, sometiéndolo a votación solo a quienes tienen asegurado o esperan un dividendo político, el objetivo principal de partido frente a los ciudadanos queda alejado de la realidad. Igualmente, si el éxito del congreso es la falta de contestación, la falta de otras opiniones, entonces el resultado es negativo para los militantes y para la vida democrática.

Ahora bien, dentro del éxito del congreso, lo que no parece muy acertado, desde el punto de vista de la propia militancia, es asistir a un acto de postulación donde la anterior alcaldesa de Ciudad Real aprovecha la Presidencia de la mesa del congreso para proclamarse como candidata del partido a la próxima cita electoral en la capital. ¿Por qué?  Porque roza la falta de respeto a la militancia y a las normas del propio partido. En lo demás, se puede estar más o menos de acuerdo, cómo se confeccionan la lista de asistencia al congreso, cómo se debate el informe de gestión, cómo son las asambleas locales, pero saltarse uno de los principios rectores de la vida democrática del partido para elegir a sus candidatos cómo son las primarias, es un acto de soberbia, solo comprensible desde la euforia de verse rodeada de una militancia entregada.

Pero la euforia del congreso y la resaca del mismo ha llegado un poco más lejos y la propia portavoz del partido, elegida en el mismo cónclave, cae en el mismo error en sus primeras declaraciones públicas y valoración del congreso, dando por candidata a la anterior alcaldesa y elogiando sus palabras de autoproclamación. Ya se sabe que es la candidata oficial del secretario general y candidata oficialista, pero no tiene por qué ser la única. El reglamento de primarias del partido es claro al respecto para las ciudades de más de 20.000 habitantes y sin posibilidad de excepción al no estar gobernándose en Ciudad Real. Las primarias representan la auténtica democracia interna permitiendo elegir entre candidatos con distintos puntos de vista sobre la vida orgánica y también, como no, sobre una visión y programa electoral distinto, y, especialmente, porque sus votaciones no son a mano alzada y existe una urna. Y ya sabemos que las urnas las carga el diablo. El alma de la democracia es el voto directo, libre y secreto.