Emiliano García-Page ha dado un manotazo al avispero gubernamental que se solaza en la siesta de la M-30 hacia dentro. Podríamos decir incluso que más que avispas, pareciesen abejas. Así han salido de las colmenas todos los zánganos, desde Rufián hasta Echenique, pasando por Iglesias y Errejón; también las obreras, desde Isabel Rodríguez a Patxi López, que son la voz de su amo y trabajan a beneficio de nómina. Y la reina, Pedro Sánchez, que no estaba muerta, sino que estaba de parranda. Sánchez, como Isabel II, ni se ha inmutado, pero le habrá reconcomido lo más hondo de lo profundo y cavernoso del alma. Toda una tarde en el Senado llamando insolvente a Feijóo y viene un señor de la Mancha y Toledo que no se calla ni se muerde la lengua para decirle que no. Y no solo eso, que sería una mera cuestión de criterio y calificativos. Es que Page ha dicho lo que todo el mundo ve desde que inició la legislatura, a saber: que el rey está desnudo por más que se vista de Falcon y Mareta. Y Sánchez lo sabe y por eso calla y rechina los dientes, que es su pose maxilofacial perfecta. Exhiba una mandíbula exuberante y apriétela cuando la vida le ponga por delante un espejo.
Porque básicamente es lo que Emiliano ha hecho en la entrevista de Bustos en El Mundo. Poner un espejo a una realidad distorsionada para cualquiera que sea socialista de buen corazón. No pueden defenderse políticas de izquierda pactando con quienes quieren llevarse la riqueza a su casa para dejar desasistidos a los demás. Los que comen aparte es que quieren comer más. Y, sin embargo, determinado pensamiento retroprogresista insiste en ello desde la República sin escarmentar. Parece mentira que no hayan leído a Azaña o a otros tantos dirigentes republicanos, en sus páginas sobre los nacionalistas catalanes y vascos. No puede construirse un país con quienes no creen en él. Y ni Esquerra ni Bildu piensan en España; incluso el PNV vendió la República en Santoña. Por tanto, que nadie se fíe, pues los sacristanes siempre ganan. Unos mueven el árbol, los otros recogen las nueces.
Emiliano García-Page ha tenido la decencia y valentía de decir a las claras lo que es un clamor dentro del PSOE y espanta a los socialistas auténticos. Una organización no puede ponerse al servicio de Amado Líder y su conveniencia, pues cuando Amado Líder decida irse o caiga presa de sus contradicciones, la organización que lo sustentó pasará el Calvario y las horcas caudinas, todas juntas y a la vez. Ahora que tanto se habla de memoria histórica, que alguien pregunte y responda por qué el PSOEdesapareció cuarenta años de la historia de España después de la Guerra Civil y fue solo el Partido Comunista la oposición al régimen de Franco. Si se lee la Historia sin apasionamiento, se encuentran las claves del presente con rectitud.
Page, en fin, ha vuelto a rendir un buen servicio a la democracia española. Y aunque algunos digan que solo pía como los canarios, su trino y su canto llegan a las medulas que han gloriosamente ardido o arderán próximamente. Porque puede que la guerra y la energía no acaben con Sánchez, como no lo hizo la pandemia o el volcán… Pero el lento amargor de la agonía en los bolsillos y la certeza evidente con que Sánchez invitó a la Mentira como Bien de Estado terminarán horadando la credibilidad y la fe de los más incautos. Y ya puede jugar en el Estudiantes o vender camisetas del Aleti. El rey está desnudo y se transparenta.