Diego Murillo

CARTA DEL DIRECTOR

Diego Murillo


El eco vacío de los presupuestos

08/11/2021

Asisto con cierta envidia al convenio firmado, hace varias semanas, entre el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) y la Junta de Extremadura para licitar dos proyectos de sendas plataformas logísticas para levantar dos terminales de mercancías, una en Mérida y otra en Navalmoral de la Mata. Inversión de las obras: casi 26 millones de euros para planificar el transporte en una zona castigada, no menos que la nuestra, por el despoblamiento y la falta de oportunidades. Esas conexiones ya concretas -no se trata de anuncios vagos y vacíos sino que en un plazo de 12 meses serán ya una realidad- alumbrarán nuevas empresas y negocios y se formalizarán gran parte de las expectativas puestas por el tejido empresarial de la comarca. Decía que me da envidia porque Castilla-La Mancha, y en concreto Ciudad Real, lleva tiempo buscando huecos y oportunidades a esa red de transportes ferroviaria que de alguna manera pondría en el mapa a comarcas hoy muy golpeadas como Almadén y Puertollano. Y aquí entra el mal ejemplo de la cacareada y frustrante A-43 y su opción sur. El jarro de agua fría que supuso el informe del director general de Carreteras de fulminar las esperanzas de construir una vía de alta capacidad para la conexión con Extremadura en la parte oeste de la provincia -bien por su zona sur o norte- es una muestra de que los distintos gobiernos y representantes no se han responsabilizado en demasía o bien que el conformismo manchego goza de unos niveles de adormecimiento preocupantes.
Poco o nada se conoce de los avances de la plataforma logística de Alcázar de San Juan, del ramal ferroviario para el tren de mercancías por la vía convencional de la reformada línea entre Mérida-Puertollano o las estrategias para pujar por los corredores europeos. Sin infraestructuras poco o nada se puede hacer. Tampoco ayuda casos como el malogrado aeropuerto de Ciudad Real o el nulo interés por poner de acuerdo a toda una provincia por la opción sur de la A-43. Los presupuestos generales del Estado para 2022 evidencian esa agonía lenta y recurrente de plasmar año tras año pequeñas e irrisorias partidas para estudios de variantes, de opciones de trazado de autovías que parece que nunca llegarán. Quizá habría que hacer como los técnicos de Carreteras: asumir realidades antes que entelequias y arreglar la nacional para al menos tener algo decente o conformarse con las migajas que dejen otras comunidades autónomas en la tramitación de las cuentas en el Congreso de los Diputados. 
Pero esta posición no se debe asumir tan fácilmente. No se puede traicionar iniciativas, proyectos ni a la gente que apostó en su momento por esta tierra. Y, sobre todo, a las futuras generaciones que quieren perpetuarse aquí. Una parte de la provincia no sufre el agrio e intenso vacío del despoblamiento pero sí otras comarcas se asoman al precipicio de la nada y son esas curiosamente las que están carentes de infraestructuras vitales. Ojalá que esta dinámica cambie con una ministra en el Gobierno. Pero aventuro que ni con esas.