Pilar Gómez

MIS RAZONES

Pilar Gómez


Elecciones seguras

08/02/2021

Descontrol, improvisación, desconcierto. Un ambiente de incertidumbre se ha apoderado de la celebración de las elecciones catalanas a tan sólo una semana de la cita. Un problema de enormes dimensiones que se convierte en una descomunal incógnita sobre cómo ha de llevarse a cabo el proceso y si finalmente podrá realizarse.
Cierto que los jueces han determinado que la fecha elegida por la Generalitat (que luego pretendió posponer) es adecuada, siempre y cuando se consideren y se ajusten todos los procedimientos para garantizar la seguridad de cuantos participan en esta jornada. No parece descabellado pensar que en un colegio electoral con las necesarias garantías, haya más riesgos para la salud de los votantes que en unos grandes almacenes o, incluso, que en un transporte público como puede ser el metro.
La cuestión más peliaguda radica en la conformación de las mesas. Más de 80.000 personas han sido convocadas por los ayuntamientos correspondientes para ejercer esta función, imprescindible en unos comicios democráticos. Hasta el momento, al menos uno de cada cuatro seleccionados para tal cometido ha presentado un alegaciones de índole laboral, sanitaria, sicológica o de otra característica para no acudir el día señalado. Sus razones tienen, en efecto.
Muchos de ellos consideran que estar más de ocho horas en un recinto cerrado, en el que acude gente de todo tipo y condición, sin test de contagio ni prueba alguna de que no están bajo los efectos de la pandemia, no ofrece garantía alguna para que se pueda cumplir con este encargo democrático.
El juez responsable de la Junta Electoral de Barcelona ha recordado que las mesas que no puedan ser constituidas el día señalado, podrán recurrir a quienes acudan en primer lugar a ese colegio, tal y como estipula la ley. Con lo cual, ya ha corrido la voz de que hay que acudir a votar tarde. Se rechaza al parecer la posibilidad de que los Ayuntamientos organicen mesas de voluntarios  para suplir las ausencias, dadas las características especiales de Cataluña. Los colegios pasarían a esta controlados por activistas del independentismo. Hay también la posibilidad de que las mesas que no queden conformadas el día 14 lo intenten de nuevo dos días después. Se tendrá, así, una jornada electoral desdoblada en dos sesiones, algo inaudito.
No son unas vísperas tranquilizadoras para un proceso tan clave y tan delicado como es el de los comicios autonómicos. No se han hecho las cosas bien. Mucha improvisación, poca explicación y casi ninguna solución. En suma, unas vísperas plagadas de incógnitas. La antítesis de lo que se requiere para la celebración de unas elecciones seguras y democráticas.