José Rivero

Doble Dirección

José Rivero


Periodismo.0

16/09/2020

Con ello quiero referirme, con esa expresión alterada de Periodismo.0, no tanto a los cambios actuales, dictados por el tránsito de lo analógico a lo digital, ni siquiera aludir a las transformaciones dictadas por las nuevas TIC que están modelando formas de información interactivas y circulares, como ocurre ya con los blogs, foros y otras piezas discursivas de las redes sociales. La información se expone, pero luego se retrotrae y se produce un intercambio de pareceres en un proceso abierto. Bien distinto del secular y muy asentado, de la opinión inmutable del excelso colaborador, que hablaba unidireccional y verticalmente desde su tribuna o desde su página de opinión. Y que solo admitía alguna matización vía Cartas al director. Ahora todo eso ha desaparecido.
Ahora el Periodismo.0 se caracteriza por el desembarco de los políticos al universo de la comunicación, como fijaba días pasados el texto del diario El País, al decir «los políticos dominan las tertulias de televisión y radio». Los medios escritos -los de menos penetración, por otra parte, y menos consideración popular- ya cuentan con sus medios y posibilidades de difusión, que viajan desde las notas habituales de los gabinetes de prensa, hasta las eventuales colaboraciones y artículos de opinión de alguno de sus titulares. Con ello, con la aseveración de «los políticos dominan las tertulias de televisión y radio», no hace más que constatar la politización de la información, revirtiendo su carácter necesario de medio neutral y ecuánime de información, alejado de los antagonismos políticos que proyectan una información interesada y desequilibrada. 
Cosa distinta de la deriva actual, donde ese afán posesivo, ocupacional y discursivo de los políticos en ejercicio o en retirada y excedencia, deja poco espacio a la profesionalidad y a la independencia. El criterio solvente sobre el beneficio de «más profesionales en la política y menos políticos profesionales», aparece desvirtuado a modo y manera con estas concurrencias y desembarcos.
No sé cuál será el prestigio informativo de contar en los medios con exministros (Miguel Sebastián, Cristóbal Montoro o Leire Pajín), con exalcaldesas (como Manuela Carmena), con expresidentes autonómicos (como José Bono) o con exdiputados (como Joan Tardá o Xavier Doménech). Lo que sí parece es que su opinión y su punto de vista -por muy ajustado que lo pretendan- aparecerá siempre mediatizado por sus ideas y por su trayectoria política, haciendo relativa y discutible su propia presencia. Lo peor es que ese criterio se desliza del nivel nacional al autonómico, y de este al provincial y al local, con una secuela de presencias inevitables de tertulianos políticos prescindibles.