Escolástico González

Fontanería Pública

Escolástico González


Puestos calientes

22/02/2021

Al escribir la fecha de este artículo me equivoqué en el año y puse 22.02.2022. Por un instante pensé en cambiar el tema previsto del artículo semanal y hacer algo más trascendental, como la fecha. A fin de cuentas, el siglo tiene muy pocas fechas capicúas. Pero no, rápidamente pensé que en esta ciudad nada es importante. Ironía. Aquí vivimos el día a día sin pensar en el futuro y sin prepararnos para ello. Lo importante es llegar y mantenerse en el puesto. Eso es lo que deben de pensar los dirigentes municipales en el Ayuntamiento.
Va para seis años de esta corporación municipal y el tiempo de la actual alcaldesa se acaba. Se quedarán en el tintero muchas de las promesas realizadas, en algunos casos por motivos económicos, pero en otro caso será por la dejadez o por el olvido. Incluso en algunos de ellos será por aquello de que «una vez conseguido el objetivo, olvidado lo prometido». O algo parecido.
Es lo que sucede con la organización municipal de los recursos humanos. Hace seis años, desde la oposición, la alcaldesa reclamaba la necesidad de actualizar la Relación de Puestos de Trabajo (RPT) del Ayuntamiento. Pasaba por los departamentos prometiendo los cambios cuando llegase al cargo. Y ahora, a punto de terminar su mandato se marchará sin haber planificado la ciudad para el futuro y sin haber organizado su administración. Más de quince años lleva sin modificarse la RPT del Ayuntamiento para adaptar la administración municipal a las necesidades reales de los ciudadanos. En ese periodo se han producido importantes cambios en la gestión municipal: privatizaciones de servicios, digitalización del trabajo, robotización, nuevos modelos de control de las actividades urbanísticas, nuevo modelo de relaciones con los ciudadanos, teletrabajo, nueva legislación, mayor acceso a internet, mayor demanda de servicios sociales (dependencia y familias), necesidad de más transparencia, etc. Y sin embargo, la relación de puestos de trabajo sigue anclada en el pasado. La creación de nuevos puestos y la amortización de los no necesarios es una herramienta de gestión para adaptar los puestos de los funcionarios a las nuevas exigencias.
No es necesario recordar que la RPT es el instrumento a través del cual se adecúa la organización del personal de acuerdo con las necesidades de los servicios y se precisan los requisitos para el desempeño de cada puesto. Junto con las retribuciones. Una RPT bien estudiada debe de generar ahorro para el contribuyente, aumento de la productividad, mayor motivación del empleado público y satisfacción en el ciudadano al ver reducido sus tiempos de espera y la accesibilidad a la administración, tanto presencial como telemáticamente.  
Valga como reflexión mi propia experiencia, vivida en el sector público, con un modelo de rotación de puestos o de ‘sillas calientes’ donde todos los empleados del departamento están en teletrabajo y asisten solo un día a la semana a la oficina. Un modelo donde nunca tienen la misma mesa y se sientan al llegar dónde encuentran libre. El trabajador dispone de una taquilla para guardar el teclado personal y su ratón inalámbrico, único material necesario para trabajar. Se conectan al puesto de trabajo con la surface desde cualquiera de las mesas equipadas con monitor.  Solo los puestos de dirección tienen asignado despacho y un lugar fijo al ser obligada su presencia. El espacio, que es diáfano, un tercio del ocupado anteriormente dispone de un office con varios microondas y máquinas para bebidas frías, calientes y comida refrigerada. Que no valga como ejemplo porque cada administración necesita de su organización, pero puedo asegurar que existe un crecimiento de la productividad, un control exquisito sobre los expedientes y la satisfacción y dedicación de los empleados ha aumentado considerablemente.
Hacer una nueva RPT no es abrir ningún melón para saber si está verde o maduro. Una nueva RPT es partir de la situación tradicional del puesto de funcionario para adaptarlo a la realidad. Sindicatos y equipo de Gobierno tienen que hacer una profunda reflexión. El equipo de Gobierno debe tener la voluntad de modificar, pero que no acabe como con la carrera profesional y terminen ambos procesos siendo un fiasco de promesas y expectativas falsas. Pero claro, ya no dará tiempo después de seis años.