Gritan los hosteleros: ¡Page, Tolón y Sánchez, nos quieren arruinar! Y lo repiten en las manifestaciones en coche (modelo VOX) en defensa, dicen, de la hostelería toledana. ¿Por qué esas tres personas querrán arruinar precisamente a la hostelería? ¿Tendrán algo contra la hostelería o el problema es la hostelería? Lo cierto es que las consignas de los manifestantes desprenden un tufo agrio a discurso político más que a queja de un sector al que la epidemia daña como al resto de sectores. Están en su derecho, desde luego, de manifestarse, pero es dudoso su victimismo apocalíptico. Quién tenga memoria recordará de donde procede el mensaje de un gobierno que quiere arruinar al país. Señalado el tono político de una fracción de la hostelería local, habría que hablar de razones de peso. Preferiblemente solidarias; comprometidas con el bienestar de la ciudadanía e implicadas con el esfuerzo de la sociedad. La cuestión es que la epidemia que, ojalá se controle pronto, consiste en que la gente que se junta, da igual donde se junte, se contagia; esos, a su vez, contagian a otros y así en una cadena indeterminada en la que personas, que no deberían morir por proceso natural, mueren por contagio. Tal vez en Madrid no importen los muertos, son muchos, pero aquí todos resultan conocidos.
Ha circulado por las redes recientemente una historia que conviene reproducir. En el año 2014 se celebró en Toledo el IV Centenario del Greco. ¡La mayor promoción del turismo en Toledo jamás hecha! Pero la fiesta necesitaba financiación a la que las empresas de Toledo, y entre ellas la hostelería, no aportaron ni un euro, excepto Soliss. Toledo recibió ese año un millón trescientos mil visitantes. Y la afluencia desbordante se mantuvo en los siguientes años hasta la irrupción de la pandemia. Toledo era en una fiesta interminable, sobre todo los fines de semana, puentes y festividades. En algunas fechas ni se cabía en el centro histórico. La hostelería ganaba a espuertas con las fiestas que otros habían pagado.
No queremos enterarnos de que la salud de la mayoría es un bien superior a los beneficios de cualquier sector, digan lo que digan los jueces, y que esta es una epidemia como la de los peores siglos. Todos los sectores deben ser ayudados con los impuestos que aportan ¿quién?, lo ciudadanos. Para eso sirven los impuestos que existen y se pagan. Para nada sirven los que ni existen ni los fondos en B.