En el Ayuntamiento de Toledo se han puesto de acuerdo  los grupos políticos para anular el PAU de Vega Baja. Un acontecimiento casi histórico en  tiempos de oposiciones sistémicas. Aunque pueda parecer exagerado me atrevo a decir que, con la unanimidad de los grupos en este asunto, se ha abierto la senda hacia una ciudad situada en el futuro. Aún queda mucho por avanzar, porque las perspectivas que se alimentaron en el pasado son más fuertes que las promesas de un horizonte nuevo. Por esa unanimidad hay que  aplaudir a  los grupos políticos que han sido capaces de articular el acuerdo. Enhorabuena a todos. Su dialogo refuerza nuestra ciudadanía y sentido de pertenencia.
Tras diecisiete años, una parte de Vega Baja tiene el camino despejado para empezar a construir un espacio de oportunidad, moderno, verde y más habitable. Es cierto que no será un proceso inmediato, que las mentalidades y las cosas no se cambian en un día ni en pocos años. Como es cierto que aún quedan muros por derribar en este lugar singular. La unanimidad  muestra el talante con el que los representantes de los ciudadanos deben afrontar la transformación de los barrios de Toledo. En el que, por cierto, el arreglo de la denominada calle ‘Ancha’ debe imponer una continuidad de mejora para otras calles del Casco, años abandonadas, bacheadas o ‘acementadas’ de forma chapucera.
Las ciudades pequeñas o medianas libran un combate diario para conseguir  que sus habitantes vivan en  condiciones más dignas, con más calidad, mejores servicios públicos, mejores ofertas laborales. Es la fórmula para evitar que este tipo de ciudades no se conviertan en centros en regresión o carentes de igualdad de oportunidades. Las ciudades más pequeñas conforman un territorio a escala humana entre los espacios rurales que hay que reconsiderar y las megalópolis que se están creando. Toledo necesita intervenciones consensuadas en todos sus barrios. Palomarejos, urgente. Pero también queda pendiente saber qué hacer con el lugar en el que se encuentra el anfiteatro romano o contener el vaciado del centro histórico. Con acuerdos en lo importante la ciudad progresará más y mejor, porque los trabajos a realizar requieren inversiones cuantiosas, años y deben responder a un proyecto de ciudad mantenido y continuado  más allá de los ritmos electorales.