Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


Esto va mal

16/09/2020

Empieza a cundir el temor a que no se produzca una buena noticia en mucho tiempo. No hay español que no conozca dramas personales que encogen el corazón y que afectan a sus propias familias o a personas muy cercanas.

Afectados de corona virus con malas perspectivas, sanitarios desbordados, cierre de negocios de los que dependía la economía familiar, angustia a la hora de enviar a los niños al colegio, sensación de que los universitarios sufrirán las consecuencias de haber pasado dos o tres cursos sin acudir presencialmente a clase, lo que eso supone de déficit de formación y de pérdida de las siempre necesarias relaciones personales; sueldos que no alcanzan, ayudas sociales que no llegan, llamadas diarias a las residencias de mayores con el corazón encogido por si les trasladan malas noticias, miedo a salir de casa… La vida ha dejado de ser vida, y lo peor es que nadie se sabe si algún día se recuperará la seguridad de antaño y los encuentros con familiares y amigos que antes eran habituales.

La política no ayuda, hace falta lupa para encontrar a un español conforme con los gobernantes o con la oposición. Del gobierno no puede fiarse nadie porque se contradice permanentemente, y lo hace además sin explicaciones, como ha ocurrido con su marcha atrás respecto a los remanentes de los ayuntamientos. Por otra parte ha ocurrido lo que muchos temían: que la Fiscal General barre para casa de una forma innoble. Los miembros de Podemos que se sientan en el gobierno no aciertan ni cuando se equivocan: no se puede ser más demagogos, más inconsistentes y más oportunistas que Pablo Iglesias e Irene Montero, mientras que sus colegas Castells y Garzón son irrelevantes. Solo se esfuerza Yolanda Díaz.

La COVID avanza implacable y el Gobierno no tiene idea de cómo abordar el problema. No será por falta de avisos sobre el peligro que acechaba… Oidos sordos: los sanitarios siguen con déficit de medios materiales y de personal, los hospitales empiezan a estar abarrotados, no se promulgan medidas drásticas contra los ciudadanos irresponsables que facilitan los contagios, no hay suficientes rastreadores, y se pone en marcha una web que está manga por hombro y por tanto no cumple su objetivo.

Un país como China, de 1.500 millones de habitantes, prácticamente ha erradicado el coronavirus; uno infinitamente más pequeño y menos poderoso, Uruguay, consigue que sus niños puedan ir al colegio sin mascarillas y sabiéndose seguros. En el norte de Europa el corona virus daña menos que en España, y eso que se decía que el calor destruía el virus.

Algo se está haciendo mal, muy mal. Pero el gobierno no se inmuta, ni siquiera escucha las llamadas de alerta de organismos de reconocida solvencia. El último, Funcas. Anda metido Sánchez en maniobras a imposibles para intentar sobrevivir compadreando al mismo tiempo con partidos democráticos y con otros que se burlan de la Constitución.