Ángel Villarino

RATAS DE DOS PATAS

Ángel Villarino


Algoritmos

16/07/2021

Los algoritmos de Facebook han llegado a la conclusión de que lo que a mí me gusta es ver a personas trasquilando ovejas. Me muestra cada día una magnífica selección del género. En los últimos meses he visto ovejas lanudas y otras sin apenas pelo. Ovejas en Nueva Zelanda y en Bolivia, ovejas en Chile y en el sur de Francia. Miles de ovejas.

La red social, en la que casi ninguno de mis amigos de carne y hueso publica ya nada, me ofrece también recetas barrocas de gente que fríe cosas, las reboza y las vuelve a freír. Un tercer género recurrente es el de las personas, casi siempre en países en desarrollo, que se dedican a hacer cosas con sus propias manos: barbacoas de obra, cerámicas, adornos hechos con plásticos viejos, trampas para pescar siluros con Coca Cola y Mentos... Esto último es quizá lo que más me inquieta porque nunca me ha interesado el bricolaje, ni he prestado jamás atención las manualidades, ni a la pesca en pantanos.
No sé cómo está hecho el algoritmo, ni que parte de mi subconsciente descifra, pero tengo que reconocer que son asuntos que atraen mi atención. Acabo viendo todas las semanas alguno de estos vídeos: un par de trasquilones de merina antes de irme a dormir o  una pizza frita y después empanada, y refrita, y cubierta de salsa de soja y frita de nuevo…. a la hora de la siesta. Caigo normalmente cuando estoy muy cansado o cuando no me queda energía para dirigir mi voluntad hacia asuntos más provechosos.
Con todo esto quiero decir que los algoritmos han descubierto inquietudes que yo mismo desconocía y que me llevan a sitios a los que, francamente, preferiría no tener que ir. Si hacen esto conmigo, que llevo más de veinte años dedicando decenas de horas semanales a internet, qué no hará con los recién aterrizados, con los adolescentes o con los niños. No hay tecnofobia bajo esta firma, pero tenemos que reconocer que nos estamos volviendo un poco gilipollas.