Rafael Cantero

Historia en Piedra

Rafael Cantero


Los Billares Vidal

25/11/2022

El billar, el ajedrez y el tenis de mesa fueron los juegos de referencia para los ciudadrealeños de la segunda mitad del siglo pasado.
El billar fue un juego que los Borbones introdujeron en la sociedad española del siglo XIX. Aunque este novedoso juego se había dejado ver en España en los primitivos cafés cantantes de estilo parisino que los ejércitos franceses instalaron en Andalucía durante su invasión en 1808, siempre fue un juego propio de reyes, emperadores, príncipes y cortesanos. Sería Fernando VII el que extendería la afición por este juego entre la aristocracia madrileña una vez que se produjo un gran progreso técnico en la elaboración de las mesas y los tacos. El rey solía pasar horas practicando este juego, aunque se dice que era un jugador mediocre. Casualmente, y a pesar de su falta de pericia, el monarca raramente perdía sus partidas. La razón es que sus contrincantes, con tal de agradarle, procuraban dejarse ganar siempre que jugaban contra él. Fallaban golpes fáciles de manera intencionada y, además, propiciaban que las bolas quedaran colocadas sobre el tapete para que su majestad pudiera hacer carambola fácilmente. Esta situación dio lugar a la famosa frase 'Así se las ponían a Fernando VII'.
El billar es un juego de estrategia y precisión que se practica en locales cerrados sobre una mesa especialmente concebida para este uso. El juego se basa en golpear y hacer chocar entre sí una serie de bolas con el fin de conseguir un objetivo determinado, que varía de unas disciplinas a otras. Las bolas se golpean mediante un taco, generalmente de madera, y pueden rebotar en los laterales de la mesa para conseguir las direcciones y carambolas que el jugador haya previsto.
Ciudad Real contó en la segunda mitad del siglo XX con varias salas donde se podía practicar el juego del billar. Uno de estos locales, quizás el más popular, estuvo situado en la actual calle Alfonso X el Sabio, conocido popularmente con el nombre de Billares Vidal. El establecimiento, regentado por los hermanos Vidal, constaba de varias dependencias que albergaban mesas de billar, futbolines y dos mesas de ping-pong. A la entrada del establecimiento se encontraban unas máquinas de juego y las mesas de billar, y en el salón del fondo se estaban los futbolines y las mesas de tenis de mesa. Hacia la mitad del local existía un pequeño bar que era atendido por Valentín, ayudado en la cocina por su esposa Toñi, ambas personas muy populares por aquella época.
Los turnos de juego eran por riguroso orden de inscripción y para ello había una pizarra donde el encargado de los juegos ponía con tiza la hora que comenzaba la partida y la hora en que debía terminar.
Los domingos por la tarde era curioso contemplar a los presentes, casi todos hombres, estar pendientes de la radio para seguir el desarrollo de los partidos de futbol, hasta que llegaban repartiendo la hoja El penalty, donde se podía ver los resultados de todos los partidos y la quiniela.
Los Billares Vidal estuvieron abiertos hasta los años 80, en que se cerró el negocio. En el local donde estuvieron, una vez rehabilitado y acondicionado, se ha inaugurado recientemente el restaurante Agar Agar.