Escolástico González

Fontanería Pública

Escolástico González


Una ciudad para mayores

28/06/2021

Es verdad que, en Ciudad Real provincia, como en general en toda Castilla-La Mancha, la ratio de plazas en residencias de la tercera edad por cada 100 habitantes, entre públicas y privadas es superior en más de dos puntos a otras regiones, aunque no sucede lo mismo en la capital, donde las familias se ven obligadas a desplazar a sus familiares a pueblos del entorno, pero, quizás, ahora ése no sea el mayor problema de todos, ahora, además del número de plazas, es necesario preguntarse qué hacer con este modelo de residencias y cómo pueden transformarse en los próximos años. 
Si en los años 70/80 eran los asilos de ancianos los modelos asistenciales, casi siempre ligados a una gestión religiosa, de los cuales queda algún vestigio en la ciudad, en las siguientes décadas fueron sustituidos por las residencias públicas de la tercera edad, en mano fundamentalmente de las comunidades autónomas mediante gestión privada -sistema asistencial mayoritario en la capital y en la provincia y que la pandemia ha dejado al descubierto con múltiples fallos- para evolucionar desde lo privado a residencias tipo hotel para los más privilegiados. Y, por otro lado, el modelo también de asistencia a domicilio según grado de dependencia. 
El envejecimiento de la población de Ciudad Real en los próximos veinte años hace necesaria una intensa planificación de la ciudad y de los servicios públicos que se necesitarán para atender en un futuro los grupos de población mayores de 65 años y que necesitarán de distintos servicios según edad y dependencia. Desde el Ayuntamiento no se puede ser ajeno a las necesidades futuras y a los cambios obligados que tienen que acometerse en el modelo de prestación de servicios asistenciales para los ciudadanos residentes, pero tampoco puede ser ajeno a pensar en ello, dicho como paréntesis, en un modelo económico de ciudad para prestar los mismos servicios a otros ciudadanos no residentes y que puedan generar negocio y puestos de trabajo. 
Días pasados se presentaba por la Asociación de Directores y Gerentes de Servicios Sociales un decálogo para un nuevo modelo asistencial que comienza en casa y termina en casa, prescindiendo de los centros de internamiento, tal y como los conocemos ahora. Residencias y hospitales evolucionarán para dar paso a una nueva forma de asistencia pública. Los avances tecnológicos y organizativos permitirán una atención más personalizada en el domicilio. Se pasará de un estado como el actual, de internamiento en una institución pública de gestión privada, o en una residencia privada tipo hotel, hacia una asistencia preferiblemente en el hogar y sin desarraigo del entorno. Por otro lado, plantean la integración de los centros de mayores en la vida urbana. Cercanía, vecindad, participación en la vida local y el apoyo en los sistemas públicos de salud con que cuenta la ciudad son los elementos básicos donde se fundamenta la propuesta. En definitiva, se propone un modelo alejado de la actual vida plana, institucionalizada y cuartelaria, que ofrecen las residencias públicas. 
Es importante ocuparse de la ciudad y de sus actividades ordinarias y domésticas, lúdicas y festivas, mantenimiento y limpieza, pero la obligación de cualquier alcalde es planificar el futuro. No todas las competencias y prestación de servicios para mayores son competencias municipales, en muchos casos están delegadas, pero sí son responsabilidad de un alcalde. El Ayuntamiento tiene dos obligaciones, una directa y otra indirecta. La primera es conocer las necesidades para demandar de otras administraciones la solución y la segunda planificar su ciudad con las herramientas que le dota la legislación.  La Concejalía de Acción Social, además de ocuparse de su actividad diaria, mucha y con pocos medios económicos y personales,  tiene que  implicarse en equipos internos multidisciplinares que participen en el diseño de la ciudad, en la ordenación de su territorio, en el planeamiento urbano, en la formación de los profesionales, en el diseño de actividades, en la prestación de servicios, etc., tiene que organizar foros especializados donde participen los actores del futuro y además coordinarse con el resto de administraciones responsables. En conclusión, tiene que participar en el cambio de una estructura de ciudad que actualmente cuenta con un buen número de barrios y viviendas infradotadas y polígonos industriales al lado de los servicios asistenciales y no parece que sea el futuro ideal. Si se piensa, y se hace bien, existe una oportunidad de transformación.