Elisabeth Porrero

Elisabeth Porrero


Sentimientos estacionales

04/01/2023

Durante estos días, Navidad y fin de un año y principio de otro, da la sensación de que experimentamos sentimientos que son estacionales, como los virus de los que tanto oímos hablar últimamente. 
Parece que es, únicamente, en este periodo de tiempo, cuando hay que hacer examen de lo que nos ha sucedido en unos cuantos meses, de lo que hemos hecho bien y podíamos haber hecho mejor y, más que nunca, tenemos el firme propósito de corregir lo que consideramos  que ha resultado peor. 
También puede resultar, si nos mirásemos desde fuera, que somos hasta mejores personas estos días. Personas más conscientes, más maduras, más comprometidas con los demás, más empáticas y más dispuestas a juntarnos con quien no nos apetece tanto o no nos cae tan bien porque hay que complacer a los demás y porque en Navidad no se debe, a priori, generar ningún tipo de conflicto a la familia.
No sé si será por la llamada 'magia' de estas fiestas, el caso es que mucha gente mejora bastante pero, solo, temporalmente. No me refiero a que durante el resto del año se obre con maldad ni haciendo daño al resto. Simplemente que, pasados estos días 'rosas' volvemos a nuestras rutinas, a no llevar por cuenta si hemos cumplido lo que nos habíamos propuesto, a no pararnos serenamente a calibrar si hemos mejorado aquello que teníamos pendiente y a no tener en cuenta o no tanto como deberíamos a esas amistades o familiares con quienes nos hemos deshecho durante estos días, deseándoles todo tipo de parabienes y mandándoles miles de besos y abrazos. 
El azúcar que ponemos al café de la vida en Navidad y Año Nuevo se va disolviendo, según avanzan los meses del nuevo año, y en el próximo diciembre lo añadimos de nuevo. 
Lo bueno es que pienso que, de verdad, en la mayoría de la gente esos buenos deseos son reales. El espíritu navideño, seamos o no creyentes, nos inunda por igual y nos conduce a ese estado de una sana preocupación por el resto de la humanidad. 
Y, aunque solo sea por poco tiempo, es maravilloso, por ejemplo, que esas personas que durante los once meses restantes de cada año se encuentran más solas, se sientan queridas y perciban que alguien se acuerda de ellas. 
Resultando tan fácil cuidar, ser empáticos y preocuparnos por los seres queridos o por otros que sabemos que nos necesitan, durante este tiempo, deberíamos practicarlo con una mayor frecuencia.
Quizás el mundo funcionaría un poquito mejor si nuestros 'avatares navideños' siguieran repartiendo ese amor y esos buenos deseos el resto del año.

ARCHIVADO EN: Navidad, Virus