José Rivero

Doble Dirección

José Rivero


Balances

04/01/2023

Coinciden estos días memorables del cierre anual los balances de fin de año propio con los llamados, impropiamente, balance de legislatura en una especie de visión duplicada, como la del beodo, que ve doble lo que no es sino simple y sencillo. Todo ello –los análisis del balance final, ya sea anual o cuatrienal– para dar cuenta –o tratarlo, en su caso– de la inminencia de la llegada del año nuevo –obviedad absoluta del calendario– y de las próximas elecciones autonómicas y municipales –donde, en estas, no hay legislatura posible, aunque al mandato cuatrienal lo llamen impropiamente como legislatura, en una cantilena que se repite machaconamente–. 
Y así ocurre que se unifican las valoraciones de los ejercicios anuales –cumplimiento de los presupuestos, nuevos proyectos puestos en marcha, iniciativas encomiables o menos impuestos– con los balances de legislatura autonómica y de mandato municipal, que cuentan con un calado superior al cómputo anual, por lo que los éxitos tienen marcado carácter plurianual, cobijados bajo el nombre pomposo de Plan Cuatrienal de la materia correspondiente. Pero son presentados, indefectiblemente, como planes y programas exitosos las más de las veces. Rara vez habrán encontrado a un gobernante en ejercicio de su responsabilidad que reconozca los fallos y déficits de su mandato, o las carencias advertidas en ese tiempo. Más bien, la tónica general de los balances de legislatura o de mandato será la de ensalzar el recorrido y magnificar lo verificado, llegándose en algunos casos a plantear la comparativa del programa electoral pactado y el porcentaje de su ejecución. Porcentaje que, casi siempre, rondará la centena o la superará de forma sospechosa., dándose incluso casos extraordinarios, numéricamente hablando, de que a mitad del recorrido –a los dos años de legislatura autonómica o del mandato municipal– se encuentran agentes activos de gobierno con un cumplimiento tan alto del programa y del plan, que cabría afirmar que a Zutano le 'sobran años' de mando, por haber conseguido lo prometido antes de tiempo. 
Eso sería un ejemplo memorable de un 'político sobrado', porque le sobra tiempo, cuando la verdad es que siempre falta. Incluso podríamos plantear la contraria: si el grado de eficacia gestora es tan elevado con relación a lo proyectado y prometido, ¿por qué solicitar una prórroga con un nuevo mandato otorgado, si ya está todo hecho y cumplido? Parece un contrasentido, pero se delata en las afirmaciones de los balances de estos días. Si ya está todo conseguido, ¿por qué continuar al frente del gobierno?