Antonio García-Cervigón

Buenos Días

Antonio García-Cervigón


A Castilla-La Mancha ¡Nos falta el himno!

01/06/2021

Ayer, los castellanos manchegos celebramos con la solemnidad y la prestancia que merece, nuestra identidad de región: Día de Castilla- La Mancha. En el acto se cruzaron mensajes dialécticos llegados de distintas autonomías con sintonía y cordialidad. En apoyo a lo que voy a decir, recurro ¡qué mejor!, a Miguel de Cervantes, tan ligado a nuestra tierra: «La música compone los ánimos descompuestos, y alivia los trabajos del espíritu».
Y no digamos nada cuando las notas musicales son compartidas por los encantos que esparcen. Si esa pieza musical te conmueve y te levanta del asiento con resortes espontáneos, llega el asombro. Miras a tu alrededor y ves que el público sigue y sigue aplaudiendo con fervor e intensidad esa canción, esa romanza se ha dilatado en el tiempo y acaba en un himno oficioso, que requiere un acuerdo político para darle rango oficial. Ha ocurrido en más de cien ocasiones y en más de treinta ciudades, la mayoría de la provincia que escucharon la zarzuela La rosa del azafrán a cargo de la ACAZ. Como ya conocen nuestros lectores avezados en el tema, enfilamos el camino de cuarenta años de historia autonómica.
Tenemos bandera, pero nos falta el himno para cantar a nuestra tierra, la tierra más universal por quijotesca. Y eso que se ha intentado en más de una ocasión: en la década de los ochenta del pasado siglo, en el mandato de José Bono, parlamentarios regionales alentaron la conveniencia de que fuera la romanza de El Sembrador, la pieza escogida para himno regional.
Pese a que la moción estaba bien cimentada y había unanimidad en los criterios, puesto que la música provenía de un compositor afamado Jacinto Guerrero nacido en Ajofrín, localidad a pocos kilómetros de la capital regional, Toledo, con letra del escritor y poeta Federico Romero, hijo adoptivo de La Solana, gustaba a todos. Habían sabido recoger a la perfección en la partitura y en verso de la canción, las esencias de nuestra tierra, faltó sensibilidad. Años atrás, la revista Gaceta de La Solana, primera época, propuso en uno de sus contenidos que la canción de El Sembrador fuera declarado himno de la Región, cuando se redactaba el vigente Estatuto.  
No tuvo eco alguno, como tampoco lo tuvo el pleno de la Corporación solanera unos meses después, silenciada también su petición. Otro tanto le ocurrió a la Asociación Cultural Ciudad Real 2000, presidida en su día por nuestro amigo Pepe Romagosa, se afanó años atrás en la recogida de firmas para que la bellísima romanza alcanzara los honores de himno. Todo en vano. Me aseguran que en el mandato de José María Barreda también se movió el tema, sin alcanzar a que estos versos preciosos y de futuro alcanzarán la gloria: «Sembrador/ que has puesto en la besana/Tu amor. /La espiga de mañana/ será tu recompensa mejor». Se sigue cantando: «Vuela la simiente de mi puño/Cae sobre la tierra removida/Siente la caricia del terruño/ Y abre sus entrañas a la vida, tuvieran el eco apetecido». Ojalá y se abran los corazones de los diputados y por fin, con Emiliano García-Page tengamos himno. Hay ganas de cantar. Y en esas estamos.