Nieves Fernández

En Mercuralia

Nieves Fernández


Abuelas, abuelos, yayos y yayas (I)

09/12/2020

No importa que tengan o no nietos, porque abuelos se les llamará a los ancianos, por llegar a una determinada edad, aunque nunca hayan tenido la oportunidad dulce y feliz de disfrutar nietos.

El vocablo abuelo vendría del latín avus o aviolus y del árabe abu que significa padre. Los abuelos son la madre y el padre de uno de los padres de una persona. Y las experiencias familiares nos dicen que estas personitas están encantadas con ellos.

¿Sabían que en bingos y loterías el abuelo es el número noventa como la niña bonita es el quince? Aunque no hayas conocido a tus abuelos verdaderos los tendrás siempre en tu cabeza. Son los pelillos de la nuca que se empeñan en bajar cuando nos peinamos el pelo hacia arriba, los que tanto duelen. Burlonamente, arremetemos contra la abuela al haber problemas, decimos éramos pocos y parió la abuela, como si ella ya no tuviera derecho a procrear, se le hubiese pasado la edad, como si no debiera dar quehaceres, como si no pudiera entrar más gente en la casa que abre puertas para todos, pero para abuelos y su descendencia sería un despropósito. Sin embargo, sí aceptamos que nos suba a las alturas y nos alabe, cuando nos acordamos de ella y de la de los demás al pasarnos en alabanzas sin tener abuela.

En la China actual hay más de doscientos millones de ancianos, pero no deja de ser un país que respeta al mayor, ese respeto nos llega de Confucio: “Si uno no demuestra respeto hacia los ancianos, ¿en qué se diferencia de los animales?”

Hay más de veinte ejemplos filiales, hasta las mismas autoridades proponen y actualizan los ejemplos de piedad filial, es decir, actuaciones que deben practicar los hijos para el cuidado de los ancianos como visitar a sus padres de vez en cuando. Antes de la pandemia se preveía que para el 2042 el 30% de la población china serían mayores. Pero no solo en China, en cualquier país hay gran preocupación por la asistencia a mayores, no faltan malas voces y peores augurios que nos hacen pensar, a veces, que no es casualidad que los virus lleguen ahora para quedarse y mermar la población de los ancianos. Otros ejemplos de piedad filial china a destacar son que el hijo enseñe Internet a sus padres por aquello de la brecha digital del mayor, incluso que entregue parte de su sueldo, si es necesario.