Antonio García-Cervigón

Buenos Días

Antonio García-Cervigón


El tenis, ovacionado y la tauromaquia, silenciada

27/04/2021

El pasado domingo los aficionados al tenis tenían una sobremesa emocionante que luego resultó, además, triunfante. El fenómeno Rafa Nadal alcanzaba su duodécimo torneo en la Ciudad Condal, tras un emocionante y vibrante partido frente al griego Stefano Tsitsipas, en una final épica y memorable. Con público ovacionando cada uno de los puntos que ganaban los tenistas. Contrasta el ambiente creado en torno a este deporte con lo que vive la tauromaquia, que sigue bajo los rigores de la pandemia, pese a que los cosos taurinos pueden acoger a miles de espectadores.
Por estas fechas apenas se ha cumplido el dicho: ‘Abril tiene la llave del toril’, porque está cercana la suspensión de la feria en la Real Maestranza de Sevilla, y el mismo curso siguieron las ferias anteriores de la Magdalena en Castellón y las Fallas en Valencia. Se aguarda con cierta expectación el espectáculo taurino anunciado para conmemorar el levantamiento del pueblo de Madrid contra los franceses, en la monumental de Las Ventas. 
El planeta de los toros, como le llamaba el maestro Antonio Díaz Cañabate, anda en entredicho. Unos dicen que la fiesta de los toros forma parte de nuestra cultura y así está considerada, en muchas de nuestras comunidades autónomas. 
Hay otras actitudes tildadas de reaccionarias que llevan a la exaltación intensa del rechazo frontal por la tauromaquia. Todo es cuestión de respetar la libertad de cada cuál por sus gustos, aficiones y tradiciones. Y llegados a este punto, uno escribe, amigo lector, por enésima vez de la estrella fulgurante de nuestro tenis: Rafa Nadal para, proclamar otra vez, a los cuatro vientos que estamos ante el paradigma deportivo que más excelencia atesora y no tiene parangón alguno en la historia del deporte español. Su combatividad está piropeada por su contrincante en la jornada dominical «¡Bravo, Rafa!, estoy realmente celoso de ti. Te lo has ganado, te lo mereces, eres uno de los grandes competidores del tenis. Sabes que no soy el primero en decírtelo». 
Nuestro deportista es único en ofrecer respuesta para paliar los contratiempos que puedan aparecer en cada partido. Además, todo ello combinado con una férrea voluntad y una generosidad envidiable desplegada en cada uno de los torneos que participa. Ya lo escribimos en su día: «Nadalizar España…» sería una estupenda ocasión para poner en marcha los proyectos que aguardan para solventar las deficiencias que acumulamos en nuestra sociedad por culpa de la maldita pandemia. 
Ya sé que es pedir peras al olmo, pero las actitudes y aptitudes de nuestro ejemplar deportistas nos daría la seguridad y confianza que ahora necesitamos: se ha emocionado con el flamear de nuestra bandera al sonar nuestro Himno, destacamos sobremanera su entrega y lucha sin cuartel; su mente privilegiada, su tesón y brega constante, su afán de superación y su fe y esperanza hacia el triunfo. Nuestro héroe pasará dentro de unos días por la capital del Reino para disputar el Mutua Madrid Open Madrid y luego  a París,  dispuesto a  conquistar su décimo cuarto Roland Garros que puede auparlo al tenista con más grandes torneos en su haber de campeón. Él puede lograrlo. Y en esas estamos.