Escolástico González

Fontanería Pública

Escolástico González


Efecto dominó con la vieja estación de 1880 (y II)

19/04/2021

Es realmente cruel por parte de la RAE y de la historia designar habitualmente con nombres femeninos la falta de voluntad para hacer algo: pereza, holgazanería, incuria, ociosidad, dejadez, negligencia, etc., todos nombres femeninos. Por eso, a la denuncia del convenio por parte de ADIF y pérdida del uso y disfrute para la ciudad del edificio histórico de la vieja estación de ferrocarril y sus terrenos colindantes en el parque de Gasset, construida en 1880, lo llamaré don Descuido, que tiene nombre masculino, y, quizás, se aproxima más a la toma de decisiones. Un descuido que tiene un efecto dominó sobre una de las zonas más importantes urbanísticamente que se han diseñado en la ciudad, pero aún pendiente de ejecución. 
En el año 1987, la revisión del Plan General de Ordenación Urbana recogía la valiente actuación de incorporar al parque de Gasset como zona verde, las viviendas y locales de negocio de la ronda de Alarcos, desde el actual Museo del Quijote hasta el edifico del colegio Jorge Manrique, y continuando por la carretera de Puertollano hasta llegar al edificio de la vieja estación de tren, frente de la Iglesia de Santo Tomás. Y digo decisión valiente porque era una de las zonas más apreciadas para la especulación urbanística. Algo habitual en la ciudad hasta 1979. 
Entre los años 1987, fecha de revisión del PGOU y el año 1992, fecha de firma del convenio para la recuperación de la vieja estación, las dos corporaciones de la época, ambas presididas por el mismo alcalde, apostaron por la ampliación del parque de Gasset (Renfe era colindante). Por el lado oeste se resolvió con el convenio descrito, y en el otro lado, en el opuesto, con el convenio urbanístico de 1989 firmado también con Renfe para la liberación de los terrenos ferroviarios, 190 hectáreas de suelo, que pasaron al parque de Gasset entre la ronda de Ciruela y la nueva avenida del Ferrocarril, donde se encuentra la actual biblioteca. Las mismas corporaciones, y en los mismos años, iniciaron las negociaciones para la adquisición de todos los terrenos de ampliación del parque por la ronda de Alarcos, negociando con particulares y expropiando viviendas y locales comerciales donde se hacía necesario. Y, ahora, otra corporación, con el mismo signo político, no solo no contempla la ejecución de las zonas verdes en su plan de modernización de la ciudad, sino que toma decisiones que ponen en riesgo la actuación. Y lo hace sin ninguna explicación coherente. Tomando una decisión personal, sin pasar por ningún órgano colegiado y sin contemplar el efecto sobre el conjunto. 
Lo hace desde una perspectiva puramente economicista pensando que es otro edificio más que mantener y sin pensar que el parque de Gasset es la mayor zona verde y cultural que tendrá la ciudad. Museo del Quijote, biblioteca, museo del Folclore y la vieja estación para otros usos de participación, además de los dos colegios públicos, actual Ferroviaria y Jorge Manrique. Total, lo de esta corporación es el superávit y el remanente. Lo hace sin pensar que el parque de Gasset está incompleto, como sucede con muchos otros proyectos y expedientes urbanísticos. 
Esta corporación, la actual, no ha sabido recoger el espíritu ni continuar con el trabajo realizado. Lo que se diseñó para conseguir un espacio verde, abierto, es hoy un aparcamiento en precario de vehículos. Un solar donde se mantiene, 30 años después, una vieja casa en pie por no encontrar realojo a las escasas tres familias que la ocupan para demolerla. Quizás y solo a título de ejemplo, una sola actuación, la de licitar el improvisado aparcamiento para convertirlo en subterráneo y dejar expedito todo el espacio permitiría financiar la obra de superficie. 
Pero, al contrario, ni siquiera se ha realizado un anteproyecto, una idea, que permita vislumbrar el diseño de la valiente decisión de la revisión del PGOU de 1987 en la zona más noble de la ciudad, incorporando aquellas viviendas y locales comerciales de la ronda de Alarcos al parque de Gasset. Es posible que la dureza de los comentarios de esta columna algunas veces parezca injusta, pero resultan insuficientes para despertar inquietudes. Son muchos años viendo pasar el tiempo sin soluciones. No hay diseño de ciudad.
Queda patente la falta de voluntad política para mantener el convenio con Adif y disponer del edificio de la vieja estación. Pero, aún queda más patente la falta de visión y el escaso valor de un Plan de Modernización 2025 que, siendo necesarias algunas de sus actuaciones, no sabe abordar el diseño y transformación que le hace falta a la ciudad. Y como una muestra más de ello, la ampliación del parque de Gasset.