Antonio Pérez Henares

PAISAJES Y PAISAJANES

Antonio Pérez Henares


Crispación, extrapolación y consecuencias

07/05/2021

Son las palabras mantra del papagayismo mediático-político. Las suelta un político de su cuerda y las repiten como loros. Madrid estaba crispado gritaban y proclamaban. Vamos que hacían ellos lo posible por que lo estuvieran. Pero Madrid estaba muy, muy tranquilo y los madrileños fueron a votar a mansalva, muy serenos y con su voto en la mano como arma democrática.
Por ello, porque votara el pueblo, también se clamaba y hubo quien se alborozaba porque lo hicieran muchísimo en según qué barrios. Pero votó el pueblo y votó a lo que le dio la real y soberana gana. Con lo cual, para las hordas de tuiteros amoratados y sus caudillos apuntillados, han dejado de ser pueblo y ya son todos fachas. Porque ya se sabe que el único pueblo-pueblo es el que les vota a ellos.
  La palabra suplente tras el gran revolcón es la ‘extrapolación’ que lo mismo que aseveraban que crispación había mucha ahora dicen que extrapolación no va a haber nada. Y que lo sucedido en Madrid en Madrid se queda.
  No voy a discutírselo. De entrada, porque no puede haberla. Ni hay elecciones generales ni regionales tampoco y cuando estas lleguen estaremos en quien sabe en qué pantallas. Pero lo que quieren decir con ello, en realidad, es que no hay consecuencias ni hay lección alguna que tener en cuenta. Y ahí se equivocan de medio a medio.
 Porque la lección primera es que una farsa ha entrado y por fortuna en picado. Que el pueblo español ha comenzado a tomar nota y poner en su sitio a quien quieren y han hecho de ello tarea, es sembrar odios viejos, rencores guerracivilistas y pretender ser ellos, extremistas, totalitarios, liberticidas y sectarios quienes, tras esparcir violencia y amenaza, quienes se arrogan el papel de otorgadores de carnes de buenos o malos, de progres o fascistas.
Les han dado con el voto en las narices y les han dicho que sus insultos y estigmas se los metan por donde les quepa.  Muy fina y democráticamente. Sin voces, ni clamores, ni farsa, ni pantomimas le han enseñado a alguno la puerta por la que no se ha ido sino por la que les han echado a escobazos.  Pero ¿han aprendido algo? Pues no lo parece. La reacción notoria y contumaz ha sido la de perseverar en el insulto y acusar a los votantes, al pueblo, de necios y elevar el berberecho a símbolo de la lucha de clases. Lo ha dicho Calvo, ‘la Sabía de Cabra’.   
  Consecuencias ha habido y va a haber a puñados. El cataclismo ha dejado mucha pared temblando, mucho tejado en colapso, cascotes cayendo por doquier y alguna cabeza, la del válido suele ser históricamente la propicia para estos casos, en peligro. Las enseñanzas están también ahí muy a la vista para quien quiera mirarlas. La más evidente es que si ya es peligroso llevar del ramal a la extrema izquierda mucho peor es, todavía, ir del ramal que llevan ellos. Que es lo que ha hecho, o le han hecho hacer al pobre Gabilondo.
 Eso por nuestra región no ya cuestión siquiera. Emiliano los usó cuando no tenía más remedio, los toreó con las dos manos y no le hizo falta ni estoque. Se fueron por su propio pie al desolladero. Eso ahora le da ventaja pues en su territorio carece de competencia mientras que en el otro el PP, aunque en el difunto Ciudadanos tiene un voto huérfano esperando casa de acogida, pero en ello le está madrugando el PSOE, sí que la tiene, Vox, y no es floja. Así qué en efecto, extrapolable no es la cosa. Ni por un lado ni por el otro. Y Núñez, por mucho que se arrime, de Ayuso tiene poco. Pero Sánchez está en todas partes y eso sí que es extrapolable y lo que puede hacer pupa a Emiliano y un favor a Paco.