José Rivero

Doble Dirección

José Rivero


Luces cortas

23/12/2020

Quiere cierta tradición hacer coincidir los días de luces solares más breves, luces del solsticio cumplido, con la propagación intensa de la iluminación artificial. Como si se quisiera compensar con ello, una falta de iluminación natural con otro exceso artificial de lo luminoso. Y es tanto el esfuerzo que se señala con ello –con un cierto engalanamiento iluminado, bien contrario a la austeridad de los días breves y tenues– que buena parte de las ciudades y pueblos, no renuncian a ese exceso luminoso que se quiere emparentar con la fiesta misma. Incluso dan el pistoletazo de salida con esa prueba –copiada de la feria de Abril de Sevilla– del alumbrado a las celebraciones que se abren a continuación. 

 

Dando a entender con ello, el carácter luminoso e iluminado del entorno de la Natividad misma, en un nuevo esfuerzo interpretativo más que discutible. Sin que podamos olvidar, además, que nacer –que eso es la Natividad, el Nacimiento de Jesús en un sintomático portal o pesebre apagado y de densa oscuridad– se emparenta con las luces mismas: por ello dar a luz, no solo como salida a la luz exterior, sino como culminación misma de la gestación y como verificación de esa iluminación que es todo nacimiento.

 

En la tradición judaica y sin relación con la Natividad, existe la fiesta de Hanukkah o Janucá también conocida como la Fiesta de las Luces o Luminarias. Otra vez las luces en periodo de declive de la iluminación de los días que se van yendo. La Janucá, es una festividad judía que conmemora la reedificación del Segundo Templo de Jerusalén y la rebelión de los macabeos contra el Imperio seléucida. La tradición judía habla de un milagro de encendidos e iluminaciones. Milagro, por el que pudo encenderse el candelabro del templo durante ocho días consecutivos con una exigua cantidad de aceite, que alcanzaba solo para un día. Un efecto multiplicador de la luz. 

 

Y esto dio origen a la principal costumbre de la festividad judía citada, que es la de encender, de forma progresiva, un candelabro de nueve brazos llamado januquiá –uno por cada uno de los días más un brazo piloto o testigo–. La festividad de la Janucá se celebra el 25 de Kislev del calendario judío. Fecha que, justamente, cae entre finales de noviembre y principios de diciembre del calendario gregoriano, aunque en 2019 fuera situada la celebración a finales de diciembre, del día 22 al día 30. 

 

En el declive pronunciado de las luces solares naturales, la irrupción del candelabro celebrativo. Ahora de nuevo las luces artificiales que quieren propagar otro conocimiento o más conocimiento.