José Rivero

Doble Dirección

José Rivero


Lo que importa

12/05/2021

Requerido el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez Pérez Castejón, por los medios de comunicación diversos, tras la cumbre de los líderes de la Unión Europea celebrada en la ciudad portuguesa de Oporto la pasada semana, tuvo una respuesta marxista a la solicitud formulada. No de don Carlos, sino de don Groucho. Por aquello de «estos son principios, si no le gustan tengo estos otros».
Respuesta marxista–facción grouchista o grouchiana– ante la petición de un comentario y de un breve análisis sobre los resultados de las elecciones autonómicas de Madrid del pasado 4 de mayo. Elecciones en las que Pedro Sánchez –en su doble condición presidencial y de secretario general del PSOE– se comprometió de lleno, dando pábulo y recorrido a lo importante de lo que estaba en juego: nada menos que la democracia frente al fascismo, y que por ello adquirieron un carácter metafórico del futuro de España. Elecciones, cuyo resultado no fueron para festejar nada, ni para sembrar el gozo en la casa de la familia política del presidente Sánchez. 
Podía haber redondeado la respuesta diciendo aquello –ya puesto en circulación, en otra ocasión memorable, por la vicepresidenta Carmen Calvo, con motivo de la separación de personas existente, entre el presidente Sánchez y el candidato Sánchez– de que comparecía en Oporto como presidente del Gobierno de España y no como secretario general del PSOE, por lo que no podía contestar a lo preguntado por los medios. De cualquier forma, la respuesta indirecta para no contestar a lo solicitado fue que el Gobierno de España de su presidencia estaba «a lo importante: la recuperación económica y el empleo».
Realizando en un solo golpe dos envíos sin respuesta a los medios y a la afición. Sus preguntas son ridículas y faltas de importancia en un acto central como este –obviando cómo en otras comparecencias internacionales, Sánchez ha tocado asuntos domésticos sin reparo y sin rubor y sin valorar su importancia–. Las elecciones de Madrid han sido sólo elecciones autonómicas, por más que, en plena campaña lo obrado y afirmado por Sánchez y su equipo monclovita desmienta lo afirmado hoy en Oporto sobre la inimportancia de los comicios regionales madrileños. Quizás la respuesta cumplida que tendría que haber dado Sánchez habría tenido que remitir a lo relatado por Gilbert Becaud en su canción de 1967 L’importante c’ est la rose, que además de flor simbólica, es –o ha sido, ya no se sabe, tras tantos cambios de guion– uno de los atributos simbólicos del PSOE. Pero parece que ya ni la rosa es lo que importa.