Diego Izco

TIEMPO MUERTO

Diego Izco

Periodista especializado en información deportiva


Cuando la ley molesta

25/10/2022

Se cuenta como «historia real», aunque tiene todas las trazas de leyenda urbana: un pueblo con una calle principal limitada a 30 kilómetros por hora y dos semáforos. A un vecino 'equis' le llegó un día una multa por saltarse la velocidad y otro día, otra por saltarse el segundo semáforo. Recurrió ambas con un argumento carente de toda lógica legal:«Si voy a la velocidad que me indican no llego al segundo semáforo. Y no saben ustedes lo que jode ir a 30, con cierta prisa por llegar a la faena, y ver cómo un semáforo colocado a apenas 50 metros del que acabas de superar se te está poniendo rojo». Y el juez, para sorpresa de todos, sentenció quitarle una de las dos multas y, mirando a los agentes municipales, les pidió coordinar los semáforos para que se pudieran cruzar ambos a la velocidad indicada. «Si la ley molesta, cámbiese la ley; si la norma agrede, cámbiese la norma».  
Nos pasa cada vez que un juez de línea deja seguir una jugada en claro fuera de juego. ¿Quién dictó semejante estupidez que deriva no solo en taquicardias en la grada, sino en posibles lesiones por la explosividad del último esfuerzo (en delanteros y defensas) ante una jugada de gol? Pero nos pasó aún más el pasado fin de semana cuando Baena (Villarreal) festejó su gol con una camiseta interior en la que despedía a José Manuel Llaneza, vicepresidente del club y pieza clave en su crecimiento. «Gracias por todo, Llaneza», se leía en la prenda. De Burgos Bengoetxea aplicó la ley (quitarse la camiseta o pasársela por encima de la cabeza acarrea tarjeta amarilla) y como era la segunda cartulina, el muchacho fue expulsado. Lo mismo da que dediques un gol a un amigo fallecido que publicites gambón congelado del ultramarinos de tu barrio. Y eso, sin duda, hay que cambiarlo. 

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