Miguel Ángel Jiménez

Comentario Dominical

Miguel Ángel Jiménez


Pupilas de colores

22/01/2021

En Razones para el amor, que es una de esas obras nacidas en la pluma del sacerdote y periodista José Luis Martín Descalzo, además de todo, ejemplo de vida, de fe, de entereza en la enfermedad y en la muerte, tiene un escrito titulado Las columnas del mundo. Son los tres clásicos y permanentes reclamos tras los que corre con denuedo todo hombre. Acaso más hoy. Son el sexo, el dinero y el poder. Engañosos prometedores de felicidad. Y dice Martín Descalzo: «Si los hombres, si al menos muchos hombres, construyeran sus vidas sobre columnas diferentes -el amor, la solidaridad, el trabajo, la confianza, la justicia, la sencillez- este mundo sería diferente. Y vividero. Comenzaría a romperse esa soledad que nos agarrota. Ingresaríamos en el mercado común de la felicidad».
Pues, aunque parezca hoy imposible, cuando la mirada generosa sobre los demás se ha roto radicalmente porque solo sentimos -y vivimos- a golpe de hecho morboso y escabroso, para volver con pasmosa facilitad a la insensibilidad de un egoísmo autorreferencial, pues ahí, en el fondo de ese corazón solitario, donde los demás son extraños, es donde siguen estando las preguntas más radicales: las que preguntan constantemente por el sentido de la existencia. En ese fondo perturbador, exigente, con fuerzas para la conversación, el tú como hermano sigue existiendo. En el silencio de la noche, cada uno nos preguntamos si en nuestra vida sembramos futuro y humanidad. Construir, entonces, sobre una columna de fraternidad fijando tu pupila azul en otra de cualquier otro, y no importante, color.