Antonio García-Cervigón

Buenos Días

Antonio García-Cervigón


¡España, España, España!

15/06/2021

Son las exclamaciones más escuchadas ayer por las calles y plazas de Sevilla, en los prolegómenos del encuentro entre España y Suecia. También los suecos conocen las bondades de nuestro clima y el color y olores que ambientan los parajes sevillanos antes de la entrada del verano. Se vieron muchos aficionados en los aledaños de los monumentos que atesora la ciudad hispalense. La historia de España es de una riqueza singular. Ningún otro país del mundo, según historiadores acreditados, cuenta con una historia tan rica, ni tan abundante cimentada por nuestro glorioso pasado. Pero estamos rodeados de unos miles de revisionistas y peligrosos enemigos que retuercen la historia en su propio provecho. La selección de fútbol de la nación más antigua de occidente jugó ayer en el estadio de La Cartuja. Ayer debutó la selección de Luis Enrique es la de España. Ya no caben las objeciones exhibidas tras el listado de jugadores; vuelve el fútbol y la ilusión, pese a que los preliminares no han sido propicios en la venta de camisetas de la selección, ni tampoco en la venta de televisores para los hogares españoles. Ayer ya se vio la afición volcada por sus colores y hasta Manolo el del Bombo no daba tregua. 
Afortunadamente, a la hora del himno nacional, no hubo desaprobación. Se cantó con el sonido onomatopéyico al uso y acompasado, solazado, eso sí de emoción, en contraste con el himno sueco que sonó como un orfeón improvisado. En la mayoría de las naciones participantes de la Eurocopa 2020, en colegios y demás centros docentes, el conocimiento del himno es obligatorio y cantarlo con respeto es una necesidad en los actos académicos y solemnidades propias. Por aquí seguimos sin letra para cantarlo. Aquí llega otra de nuestras singularidades, dispuesta para ser recogida en el muro de las lamentaciones. 
Ya lo dejamos escrito en otra ocasión: en la nación que ha poseído y posee las voces más privilegiadas del mundo, no tenemos letras para nuestro himno. Lo que sí ha cumplido el siglo es el encuentro internacional que jugaron España-Suecia, 2-1, el 1 de septiembre de 1920 en Amberes. Las crónicas cuentan que el partido había tomado un cariz bárbaro. Los jugadores suecos dejan el balón para ir al jugador. En nuestro equipo se oye la voz del fornido y corpulento Belauste que grita: «¡Sabino, a mí al pelotón, que los arrollo!». En esta fecha comenzó a forjarse el cuño de la ‘furia española’ que valió para poco en partidos oficiales. En 1964, España alzó la Copa Europea de Naciones en el estadio Santiago Bernabéu. Ganó a Rusia 2-1 con goles de Pereda y Marcelino que ya están en el imaginario de los aficionados al fútbol. 
Escribo una hora antes de iniciarse el encuentro primero del grupo en el que está enrolada nuestra selección, deseándole toda clase de venturas, no sólo en la fase de grupos. Tanto Luis Aragonés como Vicente del Bosque ya enseñaron el camino para la conquista de títulos europeos y mundial, en los primeros años del presente siglo. ¡Suerte y victorias! Y en esas estamos.