Antonio García-Cervigón

Buenos Días

Antonio García-Cervigón


Fútbol y tenis en el candelero

16/11/2021

Ya puede pregonarse a los cuatro vientos que nuestra selección de fútbol estará en el Mundial de Qatar el próximo mes de noviembre, a un año vista de su comienzo. El gol de Álvaro Morata, exmadridista como el seleccionador que vistió el uniforme blanco; gol que propició serenidad al equipo nacional, que había realizado en el estadio de La Cartuja, hasta el minuto ochenta y seis, un encuentro discreto para algunos y soporífero para otros.
Cuando el partido se encaminaba al empate, apareció el sufrimiento en el campo y la afición española cabreada y con miedo en el cuerpo, tras la salida al terreno de juego del cuarentón Ibrahmovic. Minutos tensos con la poca afición sueca subida de tono y esperanzada hasta el gol del discutido Morata que llevó a Luis Enrique a declarar: «Me he quitado un peso de encima, pero cuando perdamos un partido volverá el holocausto caníbal». La escatológica expresión sirve de antídoto a lo que está por venir. 
Es lo que hay en este mundo de los entrenadores, pasan a los estadios encumbrados, como recientemente le ha sucedido a Xavi, y terminan en el abismo cuando los resultados no acompañan. En estos estadios y clubes no hay medias tintas. Son los creadores de los triunfos o de los fracasos. Hay jugadores que prosiguen su carrera de entrenadores y triunfan en su nueva etapa. Llegan con la vitola distinguida de los equipos en el fueron estrellas fulgurantes a través de sus gestas y hazañas conquistadas. Ejemplos hay para dar y tomar: Luis Aragonés,Vicente del Bosque, José Antonio Camacho y Javier Clemente, entre otros. 
Siempre se ha dicho que los buenos jugadores hacen la selección de un país, que tampoco es cierto. Hubo un tiempo no muy lejano que figuraban juntos estrellas fulgurantes de la talla de Di Stefano, Kubala y Gento jugando con España que no destacaron en el Mundial que coincidieron. Otros seleccionadores han apostado por jugadores con escasos bagajes para representar a España, pero con los talentos suficientes para seguir los planteamientos y exigencias deseados para conquistar las metas por las que compiten. En ese apartado se encuentra el actual seleccionador que está permanentemente en el centro de los medios de comunicación.
Después del triunfo gris frente a Grecia con el gol de penalti de Saravia, otro exmadridista se le unió la ayuda que Georgia nos prestó con su triunfo, ahorrándonos la repesca si empatábamos o ganábamos el domingo a Suecia, como así pasó. De la testarudez de Luis Enrique a dos tenistas españoles que están ahora en el candelero. Nos referimos a Paula Badosa y Carlos Alcaraz, que después de conquistar la NextGen es ambicioso y peleará por estar en las próximas ATP Finals. Su reto inmediato es la copa Davis: «Estoy muy emocionado de formar parte del equipo español luego ya veremos si el capitán Sergi Bruguera me pone a jugar o no, hay muy buenos jugadores delante de mí, como Bautista y Carreño, pero yo estoy contento de poder estar y vivir una experiencia inolvidable». Además estará en la Villa y Corte para el próximo open madrileño. Se autodefinió: «Soy un chico muy sencillo, de pueblo y siempre seré así». Contraste de pareceres. Y en esas estamos.

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