José Rivero

Doble Dirección

José Rivero


‘El Roto’ en Almagro

17/07/2020

Hay casualidades sorprendentes. O quizás lo sorprendente en la vida, sean las casualidades, todas ellas. Casualidades que -como un raro engranaje del pensamiento y de la mirada- enlaza lo diverso para hacerlo análogo, o enlaza lo análogo para mostrar su divergencia y disparidad. Casualidad que acabamos descubriendo como causalidad. Que es parecido pero distinto. 
Hay casualidades sorprendentes. Como la de poder contemplar el trabajo de ‘El Roto’ (Andrés Rábago García, Madrid, 1947) en la Galería Fúcares de Almagro, con el telón de fondo del 43 Festival Internacional de Teatro Clásico en el año que prolonga la celebración del 45 aniversario de la apertura de la Galería Fúcares. Onomástica que se ha visto acompañada por una suerte de desidia institucional significativa y elocuente en su sordera, como muestra de puntos de vista descentrados en las políticas culturales de nuestras (¿…?) instituciones. Sordera y miopía que se ha vuelto a reiterar en la inauguración de la muestra de ‘El Roto’, el pasado día 10 de julio. Así somos y así parecemos. 
Hay casualidades sorprendentes, por ello. Como la de poder contemplar el trabajo de ‘El Roto’ que, además de su sutileza agresiva, se denomina El teatro de El Roto, sin que el dibujante e lustrador represente obra alguna, más allá de la presentación de una treintena de piezas que orbitan en las periferias teatrales y en la centralidad de sus significados, que son muchos. Y que practica -el teatro en general- ese raro desdoblamiento entre lo real y lo representado. Un desdoblamiento similar al doble sentido de las piezas gráficas de Rábago y donde el cartel anunciador de la muestra da cuenta de sus propósitos y conclusiones sobre el teatro, sobre la ilustración, sobre el mundo y sobre la denuncia político-social. 
Cartel que, por demás, se basa en un dibujo de doble sentido -técnica usual en su trabajo, que apunta y dispara con las balas gráficas de las ideas- y que nos muestra un falso cepillo de barrer, donde las cerdas de limpieza han sido sustituidas por un cortinaje teatral, y el texto alude al llamado Teatro de denuncia. Teatro que tuvo su particular desarrollo en los años del realismo-social.  
Muestra de ‘El Roto’ que se verifica en un año tan ambiguo como este 2020. Un año que no es un año cualquiera, sino el primer verano y por tanto el primer Festival de la llamada, tontamente, Nueva Normalidad. En un Festival jibarizado y disminuido, por razones de seguridad. También un año donde barremos las tablas con cortinaje antiguo, que oculta cuanto muestra.