José Rivero

Doble Dirección

José Rivero


Charada

13/07/2022

Más allá de la película de 1963 de Stanley Donen –un claro homenaje no velado al cine de suspense del maestro Alfred Hitchcock, y eso que Donen se movía más y mejor en las aguas templadas del cine musical–, la charada anuncia y señala algo parecido a un asunto menor –aunque ello no sea así siempre y nos sorprenda– que se desliza y se complica como una aventura abierta. Como tantas cosas se nos van complicando en el presente prolongado que algunos ven como una charada. La definición común y usual de charada apunta, pues, al «pasatiempo consistente en adivinar una palabra a partir de alguna pista [o algunas, incluso] dejada sobre su significado y sobre el de otras que se forman con sílabas de la palabra buscada». Vamos, más o menos, un acertijo o adivinanza con suspense y vértigo hitchcockiano, aunque algunos consideren que, hasta un crucigrama menor y diario, ya tiene suspense. Y no digamos nada del suspense que se adivina en el horizonte referido a un otoño inquietante y colgado de la incertidumbre.
Tenemos ahora varias charadas en curso y en formación, en un año –que ya lo es, por más que lo nieguen algunos protagonistas– electoral a tres niveles. Y es que, terminado el verano y llegado el otoño –ese otoño que inquieta y azuza la preocupación– comenzarán los propósitos, los balances, los sondeos, los pronósticos, las intenciones, los candidatos, la propaganda y hasta los anuncios impepinables –por quien puede anunciar todas estas cosas, que no son todos– a todo trapo. Todo lo cual va a ocurrir, incluso está ocurriendo ya en vivo y en diferido, como pueden verse con los últimos anuncios practicados por la superioridad –autodenominada de ejercicio, no monacal, sino de monaguillo episcopal– del Museo de la Caza, del comienzo de la Ciudad Administrativa, del impulso a la Tubería Manchega, del otro museo del Folclore y hasta con las llamadas 'vacaciones de opinión' en los colaboradores de La Tribuna por razones de recreo estival y libranza vacacional. Como si con el descanso del músculo de la opinión se apaciguaran las aguas inquietas. Pero si 'el músculo duerme' como entona la letra del tango Silencio, veremos los que permanecen de guardia y vigilia con otro músculo despierto. Para no ser sorprendidos por una suerte de charada electoral o de tsunami de primarias y designaciones. Un acertijo o una adivinanza para saber, finalmente, los nombres titulares de la alineación. Desde arriba hasta abajo. Desde el Congreso al Senado, desde las municipales a las autonómicas. Del campo a la ciudad. Si es posible, buen verano.

 

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