Miguel Ángel Jiménez

Comentario Dominical

Miguel Ángel Jiménez


Un hombre libre y en camino

21/05/2021

El 31 de octubre de 1512 se presenta la obra del techo de la Capilla Sixtina. Más de cuatro años tardó Miguel Ángel en pintar una de sus grandes obras, siempre en conflicto con el papa Julio II que fue el que se la encargó. Seguramente, de toda ella, con permiso de la pared del altar en la que también Miguel Ángel pintó el Juicio Final, la escena más famosa es la creación del hombre que ocupa el centro de la bóveda: Dios Padre rodeado de ángeles, también de la mujer, extiende su mano hacia Adán: el cielo unido a la tierra. Quinientos años después, el 31 de octubre de 2012, el papa Benedicto XVI pronunció allí mismo un discurso de fe unido al arte. «Es la luz de Dios la que ilumina estos frescos y toda la capilla papal. La luz que, con su fuerza, vence el caos y la oscuridad para dar vida: en la creación y en la redención».

En la creación, el cielo se une con la tierra, lo humano con lo divino y encontrará su mayor expresión en la cruz de Cristo: divinidad y humanidad en perfecta e indivisible unión. Ya no es un pacto sino unión perfecta y perpetua en una persona. Todavía habremos de recorrer caminos de libertad guiados por la fuerza y la luz del Espíritu.

Ni Dios deja de ser Dios, ni el hombre, hombre. La pequeña distancia entre el dedo de Dios y el dedo del hombre deberá ser recorrida por la libertad humana para dejarse conducir hasta la plenitud del amor.