Manuel López Camarena

El Yelmo de Mambrino

Manuel López Camarena


En el PSOE buscan nuevos vencedores

03/12/2020

Nunca me gustó ni poco ni mucho el socialista Odón Elorza. Este calvorota,  casi salido de un muestrario de personajes de broma para un catálogo infantil, nunca dio una imagen, en jamás de los jamases, de político serio y digno, sino más bien de salteador de oportunidades, hasta el punto de que, me temo, que muchos de sus compañeros y más de uno de sus jefes políticos, debieron sentirse desasistido cuando no decepcionados, de él, de don Odón, que tenía, al menos desde Castilla así lo veíamos, la rara habilidad de dar la sensación de arrojar sobre determinadas situaciones extremas, una actitud dubitativa y hasta, diría yo, temerosa, y por ello, precisamente, por ello, con tufos varios de cobardía, comprensión, pseudos apoyo, etc., para con los que llevaban el terror y la muerte al País Vasco, que no es otro territorio que las viejas provincias Vascongadas, tributarias de la Corona de Castilla, antes leales, siempre ansiosas de diferenciaciones en temas de impuestos y dineros  y ahora, máxime con el gobierno rojo radical de Pedro Sánchez y  demás cohabitantes. Y dejo ahí toda esta perorata sobre don Odón que, dicho sea de paso y absoluto respeto, tiene nombre de maestro de música de los antiguos, de los de antes de la llegada de la democracia y la pandemia, porque ayer formó un pifostio en el Congreso, debió perder la neura madre, de los de no te  menees ni te muevas de ande estás, al enfrentarse a una diputada de Vox. Odón la acusó, a ella y a todos los de pensamiento comunal con ella,  dentro y fuera de la jaula de los leones, de andar ya enredando para, dijo, matar -¡pero don Odón, que las cosas no pueden ir otra vez así!- no se sabe bien a cuantos hijos de puta rojos, porque la derecha, recalcó ya está removiendo las aguas del enfrentamiento. Odón, ¡mi ‘arma’!, que desde la muerte de Franco aquí, en España, los únicos que matan, han matado, han sido vuestros hoy amiguetes de ETA y los chicos aquellos que mandasteis vosotros a ajustar unas cuentecillas a unos paisanos, pertrechados ellos con sacos de cal viva y metralletas, acciones de comando éstas por las que dieron con sus huesos en la trena altos cargos del PSOE.
No le des vueltas, no es la derecha española la que está revolviendo las aguas; sois  vosotros, con vuestra actitud revanchi-revisionista, los que estáis revolviendo la mezcla de sangre y tierra que quede tras todo conflicto civil. Deberías saber que las guerras civiles o dinásticas, ahí tienes a Zumalacárregui y demás líderes vascongados, se ganan o se pierden en su momento. Lo demás son zarandajas y, como digo, ganas de revolver. Vosotros, el rojerío español, los posos de Europa, lleváis muchos años jugando a ganar la Guerra  Civil que terminó en 1939. ¡Casi ná!
Otro sí digo. Hay que ser burros y sectarios nuestros sanitarios todos, con lo que nos ha costado que alcanzasen  sus título correspondientes, para montar el pollo y el concierto de exabruptos y memeces a tenor del nuevo hospital madrileño. El llamado antipandemias. En primavera, el personal llegó a no tener hospital, ni UCI’s, ni Epis, ni relevos, ni nada de nada. Se apañaban con bolsas de basura y poco más. Hubo enfermos hasta debajo de las escaleras mientras, al principio, el equipo, mucho de no buena calidad, era bloqueado en Barajas por los que mandaban, entre ellos el ministro Illa. Algunos sanitarios murieron. ¡Vaya si hubiesen tenido un hospital!, al que haberlos llevado en marzo, abril y mayo... aunque no tuviese quirófanos. Los virus no se operan. 
Por esto somos los últimos en los rankings económicos occidentales; porque aún estamos viendo y tanteando quién ganó la civil.