Enrique Belda

LOS POLÍTICOS SOMOS NOSOTROS

Enrique Belda


Líderes en la carretera

16/11/2021

Poco amigo soy de las operaciones de imagen, si luego el trabajo en los despachos brilla por su ausencia, pero hay que reconocer que cuando una persona que se dedica a la política sigue la consigna del 'blues del autobús' (vivo en la carretera), transmite cercanía y dinamismo. En mi región, en el seno del Partido Popular, un político jovencísimo ocupó años atrás cargos relevantes con el apoyo de las máximas jerarquías de su formación. Cuando la estrella de los que gobernaban declinó, fue bendecido por los restos de aquella autoridad con el primer empujón para sustituir esas estructuras. Muchos nos pusimos a temblar. Sin embargo, el beneficiado de esos apoyos, Francisco Núñez se llamaba y se llama, se arremangó para sacudirse el polvo de la obra que se desplomaba, y se montó una agenda de dieciséis horas de trabajo diario. Cubriendo un extenso territorio como el que tiene nuestra tierra, tuvo la precaución de convertir el coche que lo lleva y lo trae en una oficina ambulante, y de sacar también a los caminos a un fiel grupo de personas sin contaminaciones de las alfombras pasadas que, como él, suelen llamar a las cosas por su nombre. Pasan los años y el día a día y dos congresos de consistente apoyo interno lo convierten en un líder creíble entre los que lo conocen. Y aquí está el problema, que no es suyo.
En política es imprescindible que los opositores lleguen a todo el mundo para acceder al gobierno, pues solo desde el conocimiento de su trabajo y personalidad, la gente puede decidir. A algunos como Núñez solo se les puede querer cuando se les conoce, pues de lo contrario el elector se termina dejando llevar de los trajes cortados por el poder establecido, que incluyen campañas periódicas de desprestigio, fabricación de divisiones alentando egos, o apabullamiento mediático. Opino que este es el camino cuando el líder es bueno: presentarlo como es y no fabricarlo al hipotético gusto de quienes no le conocen o no le quieren conocer. Les dejo un dato: sin desmerecer a nadie de los que hemos podido tener alguna responsabilidad pasada, este señor, trabajando más que nunca en iniciativas, presencia social, reuniones o viajes, y con apenas poder institucional desde ayuntamientos o diputaciones propias, se puede comprobar que consigue menos críticas y en general parece equivocarse menos que cuando años atrás se mantenía un perfil de oposición conscientemente bajo o desaparecido.
En resumen: claridad y transparencia para que pueda tener oportunidad de gobernar, lo cual puede ser también un serio aviso para los que, en todos los partidos, suben y permanecen desde la oscuridad de despachos o manteles madrileños.

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