José Manuel Patón

LA PLUMA CONTRA LA ESPADA

José Manuel Patón


La reforma de la reforma de la reforma

27/10/2021

Ahora resulta, -cuando el diablo que aburre mata moscas con el rabo-, que le van a meter mano a la reforma laboral que creó tantos puestos de trabajo en la época de Rajoy después del 'accidente' que sufrió España por culpa del Zapatero. Cuando el PSOE estaba en la oposición y los sindicatos, -que ahora están como en una tumba de las de Tutankamón-, se cogían de la mano de los de Podemos, se rasgaban las vestiduras, se prendían fuego a lo bonzo por las calles de Madrid en protesta de la reforma laboral, era comprensible. Derogar la reforma laboral es lo más populachero, guarripei, anormal y necio que se ha oído en los últimos años. Así pues, los PSOES hacen como que sí, pero no, no, pero sí, y hablan de la reforma de la reforma laboral, y le dan largas y largas y largas a ver si los de Podemos se callan. La reforma laboral no se puede derogar, es más: Bruselas nos pide que se aumente, porque España lo que tiene que hacer es crear más puestos de trabajo, y cuando ya no haya trabajadores para cubrir los puestos de trabajo que se hayan creado, los empresarios no tendrán más remedio que pagar más a los trabajadores contratados. Es la fuerza de la gravedad.
Eso de colgar al empresario que despida a un obrero ya no se lleva ni en las inscripciones de las tumbas de los que llevaban a Lenin al Panteón. Hasta Rusia, lo que sabe y quiere es crear más puestos de trabajo, ya que cuando no haya paro, -o paro técnico como en los EE.UU., un 4 al 6%-, todos los trabajadores ganan más, se recauda más para Hacienda, se paga más a la Seguridad Social que ayuda a sostener el sistema, hay menos gente en la calle pidiendo, y no hace falta tanto socorro. Cuando hay muchos puestos de trabajo, el socorro viene del cielo sin necesidad de amenazas, ni de tirarse de los pelos o de los bigotes, -lo digo por los langostinos de los sindicalistas en los restaurantes esos donde van, y así están de gordos que van a explotar-, ni de salir ahí diciendo que van a quemar Madrid.
Sánchez recuerda perfectamente como Zapatero tuvo que bajar el salario a los funcionarios un 15%. A la fuerza ahorcan. Por eso Sánchez y sobre todo la ministra Calviño, que parece nuestro ángel de la guarda laboral, dan pases de pecho con la izquierda contra sus socios de Podemos. ¡Vale que sí! ¡Que ya! ¡Qué a ver que dicen los expertos!, haciendo tiempo mientras Sánchez amenaza con sacársela o reformarla, que digo yo. La rubia se hace la rubia, pero señores, es teñida que lo sepamos, más morena que el propio Sánchez, y cada vez que éste pone la oreja y la mirada a alguien que le habla de la derogación de la reforma laboral, la rubia le mete un pellizco de monja que le cambia el color al ínclito Primer Ministro.
Lo único que me duele de este lío es que no se haya puesto fin a los fétidos homenajes a los delincuentes de la ETA. No es por desmoralizar a Iglesias, pero entre ese tipo de actitudes y la financiación de los iraníes se ha acabado Podemos.