Amigo Sancho, espero que al recibo de ésta te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios. 
En la carta de hoy no sé si hablarte de la campaña de vacunación que se está llevando a cabo en España y en el mundo entero para frenar la pandemia, o hablarte de la bomba deportiva que saltó el domingo por la noche con la posible creación de una Superliga europea formada por clubes  millonarios que aseguran que no tienen un duro, o comentarte el gran partido que hizo el pasado domingo el Manchego frente al Guadalajara, aunque solo consiguiera un empate a cero por auténtica mala suerte.
Al final me he decantado por hablarte de lo más cercano, que es el equipo que entrena Míchel y que el próximo sábado afronta en Tarancón la primera de las tres finales que tiene por delante. Pero no te voy a comentar ese buen juego frente al Guadalajara, porque lo pasado, pasado está, y ahora hay que mirar al frente. Reitero que hay que ganar en Tarancón, y si es posible por dos goles de diferencia para sumar ‘cuatro’ puntos, los tres de la victoria y otro más del  ‘gol-average’ particular.
Si en Villacañas ya empezamos a ver síntomas de que en cualquier momento el Manchego podía resurgir, ya los repitió ante el Guadalajara y el sábado lo debería ratificar en Tarancón. Sé que los chicos de Míchel están preparando junto a su entrenador el encuentro con la máxima ilusión puesto que saben lo mucho que se juegan, que no es otra cosa que seguir aspirando al ascenso de categoría. Eso sí, si la fortuna nos sonríe en tierras conquenses, no hay que olvidar que aún nos quedarían dos ‘finales’ más, contra Villacañas y Guadalajara, en las que no se podrán bajar los brazos. Todavía queda partido.
Bueno Sancho, nada más por hoy. Recibe un abrazo de éste tu amigo que lo es.