Manuel López Camarena

El Yelmo de Mambrino

Manuel López Camarena


‘Vidilla’ para Juan Carlos

07/10/2021

No habría cuestión ni mínima duda sobre nada que girase en torno al rey emérito, incluidos los problemas fiscales, sí desde mucho tiempo antes de que a Juan Carlos I empezasen a sonarle los oídos con fortísimos pitidos tipo máquina de tren o paquebote gigante de carga o de pasajeros, si en España hubiésemos sido todos, sin excepción, todo lo rigurosos que dictaba y exigía la Ley, con mayúscula y no hubiésemos hecho la más mínima concesión a la broma, el compadreo y la permisividad; en suma, al juego partidista que ha sido el santo, la seña, el norte, la hucha, colectiva y, personal de tantos, y hasta la cruz de guía… por no explicitar más métodos y más fines de un sistema que, llamado a ser ejemplar, en mucho lo ha sido, ha dado lugar a tremendas lagunas democráticas y a en régimen -¡mecaguen los regímenes todos!- que lejos de hacer política para gobernar, y gobernar de verdad, v.g al estilo merkelianio, ha optado por consagrar la vida de los responsables a la mayor gloria de un partidismo, y no necesariamente bi como sucede ahora, que hace agua por todas partes, digan los dirigentes lo que quieran decir, que para eso el pueblo les entrega el poder cada tres o cuatro años. Y si no, lean, miren, valoren… varios ejemplos.
Al rey Juan Carlos I -servidor no tiene nada de monárquico, pero sí de pragmático- anda buscándole las cosquillas, y, si pudiese, igual la garganta, la izquierda española. No digo yo, D. m. l., que la izquierda civilizada, aggiornada, representada hoy por el PSOE y hasta por el PCE entre en ese entorno ideológico y demás, pero sí que hay otra izquierda, moderna mirando el calendario, pero oxidada y cerril, formada por gentes más cercanas, ideológica y moralmente al mismo momento en que se estaba asesinando al zar, y a toda la familia Romanov, el 17 de julio de 1918, capaz de odiar, de seguir odiando, y de buscar revancha como si entre la Guerra Civil y hoy no hubiesen pasado ya ochenta años. Entre esta izquierda y sus afines, especialmente los grupos más radicales próximos todos a separatismos y demás posturas afines, hay que esperar reacciones tipo volcán de La Palma, mis respetos y apoyo a todos los palmeros, tras la postura de la Fiscalía del Supremo que parece podría dar un giro radical, y, digamos a la americana, no presentar cargos, atendiendo a la importante cifra regularizada por el rey Juan Carlos. De lo que podrán ser impuestos de donaciones o cosa parecida. Sigo sin ser monárquico, pero dado el importante Haber de Juan Carlos de Borbón, en la instauración y afianzamiento de la Democracia en este rencoroso y puñetero país, creo que quizás la Fiscalía estaría poniendo, o ayudando a poner, tejas nuevas en el tejado de la casa común que es España. Porque, insisto, las gentes de hoy, y más las de mañana, encontrarán y disfrutarán un país que hace 80 años se habían desangrado en una cruel contienda entre hermanos, vecinos, amigos… y que, a la vista de los actos y lenguaje de hoy no es capaz de superar. Vivimos de recuerdos, unos y otros, pero honradamente creo que unos más que otros, y eso, si no chafar la España del futuro, sí puede retrasar cualquier recuperación.