Se ha hecho viral un tweet de Antonio Baños, el ex de la CUP, en el que él mismo desvela -entendemos que sin querer- su afición a los géneros más rebuscados de la pornografía. Decía un compañero de trabajo que en realidad lo escandaloso del pantallazo, en el que se puede ver lo que estaba mirando por internet en ese momento, es que estuviese leyendo un periódico (Público) al filo de las cuatro de la mañana. Y creo que tiene razón.
Por muy informados que tratemos estar, por mucho tiempo que Baños le detraiga a su afición a las maravillas escondidas del porno, pasan constantemente cosas importantes que escapan a nuestra atención. Como la desaparición del presidente de Tanzania, John Magufuli, que tras un año negando el covid-19 y lleva dos semanas sin dar señales de vida. A la fuerza se especula sobre el contagio de un virus en un país donde oficialmente no existe.
Magufuli le ha dicho a su pueblo que la vacuna no solo es innecesaria, sino también peligrosa. La verdad es que ha dicho muchas otras cosas. Tratando de argumentar sobre la ‘plandemia’ explicó a su población que habían hecho un PCR a una cabra, dos papayas y varias codornices, y que todos dieron positivo.
Decía que son anécdotas elocuentes que no siempre se encuentran en los periódicos ni aunque las busques, como hace Baños, hasta las cuatro de madrugada.  Escenas como esa carrera dramática, que ni Carros de Fuego, por los pasillos de la Asamblea de Madrid para ponerle el sello a la moción de censura. Para cosas como esa deberían estar las retransmisiones en directo.