Escolástico González

Fontanería Pública

Escolástico González


Ridículo en la Universidad

03/05/2021

Once años para la redacción del proyecto y licitación de la Facultad de Medicina de Ciudad Real han finalizado en exitus letalis. Durante estos once años, el futuro edificio de la facultad ha conocido a tres rectores, dos alcaldesas y tres presidentes de comunidad autónoma. Todos ellos han dicho que ya teníamos Facultad de Medicina, y, esta semana, estando a punto de adjudicarse las obras e iniciar la construcción, el nuevo equipo rector de la Universidad, y parece ser que, con buen criterio técnico, desiste del procedimiento de licitación y lógicamente de la adjudicación y construcción en el 2021. Esta semana se han esfumado, en un santiamén, como si no pasara nada, 35 millones de inversión en la capital con una aportación de fondos Feder 2014-2020 de 20 millones de euros. 
Se ha licitado a nivel europeo una Facultad de Medicina, por parte de la Universidad, sin un proyecto constructivo válido, plagado de deficiencias técnicas, con errores de bulto que un estudiante de primero no hubiese cometido, sin estudio geotécnico, sin definir adecuadamente la ejecución de la obra en planos, con una cimentación insuficiente y con una estructura incompleta que presenta dificultades para su ejecución, etc. Incluso el procedimiento administrativo, el expediente de la licitación, contiene errores de definición. Y, por no tener, al proyecto licitado le falta el preceptivo estudio de seguridad y salud. Todo esto ha sucedido dentro de la institución universitaria de la región. Se ha licitado un proyecto para Castilla-La Mancha de Facultad de Medicina y se ha desistido, también al mismo nivel, haciendo el ridículo. 
El Ayuntamiento de Ciudad Real donó a la Universidad hace once años una parcela de 29.000 metros cuadrados con una edificación de más de 40.000. Posteriormente, modificó su planeamiento urbanístico expresamente para la construcción del edificio diseñado, lo que no hace habitualmente en el resto de la ciudad, y, la Universidad, con su rector, vicerrector, decano de la facultad y sus departamentos de asesoría jurídica, contratación y arquitectura, realizan la mayor chapuza de licitación de obra pública que se haya visto en esta provincia en muchos años.
En junio de 2010 se colocó la primera piedra por el entonces rector de la Universidad y alcaldesa de la ciudad. En el camino, recorrido durante estos once años, infinidad de presentaciones y ruedas de prensa anunciando la Facultad de Medicina para Ciudad Real, por la Universidad, por la Junta de Comunidades, por el consejero de turno, por el Ayuntamiento, incluso por el propio arquitecto autor del deficiente y malogrado proyecto. Todos a una, como en Fuenteovejuna, vendiendo la inversión en la facultad. Y, ahora, cuando se ha esfumado la Facultad de Medicina, cuando ha sido anulado todo el expediente de contratación y Ciudad Real pierde la inversión, no se escucha ni una sola palabra pidiendo disculpas o exigiendo responsabilidades. 
Lo menos que merecen los ciudadanos es una explicación pública por los responsables políticos y universitarios, y, al nuevo equipo rector le corresponde exigir responsabilidad a todos los niveles por las pérdidas económicas. ¡Basta ya de tanto taparse y arroparse mutuamente! No solo puede haber méritos y medallas, también hay deméritos y sanciones. A los colegas de profesión, como a los de empresa o partido, si lo hacen mal, también se les exige responsabilidad y en especial cuando se están perdiendo bienes y servicios públicos. 
Solo la nueva vicerrectora de infraestructuras justificaba públicamente el desistimiento como un ejercicio de responsabilidad por parte del nuevo equipo de Gobierno poniendo en valor la decisión tomada, pero, sin pedir cuentas a nadie por tanto error cometido dentro de la Universidad. Justificar tal decisión, sin exigir responsabilidad profesional a los autores, jurídicos y técnicos de la redacción del proyecto y su posterior licitación, es igualmente irresponsable. Y a quienes tienen encomendada la obligación de la defensa de los intereses ciudadanos, de la ciudad y provincia, igualmente les corresponde una explicación ante el exitus letalis -muerte- del proyecto de Facultad de Medicina en la capital.