Ni siquiera el acto de homenaje por el Día Europeo de las Víctimas del Terrorismo ha podido escapar a las ondas sísmicas provocadas por el terremoto que ha puesto patas arriba la política autonómica española. La respuesta de la presidenta de la Comunidad de Madrid a la moción de censura presentada contra el PP en la Región de Murcia, disolviendo la cámara autonómica y adelantando las elecciones, ha provocado una reacción en cadena que sería precipitado decir dónde acabará. Y ayer se habló de eso en el acto que presidieron los reyes en Madrid.
Da la sensación de que estamos haciendo política por encima de nuestras posibilidades. Misma sensación tuve cuando se sucedieron las convocatorias electorales o sesiones de investidura infructuosas. Pero en aquel entonces, el coste era exclusivamente electoral para los partidos, y ahora estamos en mitad de una pandemia, en vías de solución sí, pero que aún requiere el esfuerzo de las administraciones. En Madrid, para ser más claros, requiere de más consensos y de menos división en el seno del Ejecutivo. Ayer Emiliano García-Page, que asistió precisamente a ese acto de homenaje, que no de luto, por las víctimas del terrorismo, dejó ver que los movimientos en los partidos políticos no son incompatibles con la lucha contra la pandemia. Lo dice quien ya ha experimentado primero con un gobierno de coalición que no le quitó el sueño, pero cuyo socio se desintegró, y quien le enseñó el camino a Pedro Sánchez en las alianzas que tenía que buscar con ciudadanos, antes de que Vox le hiciera ojitos a PP y Ciudadanos para conseguir los gobiernos de Andalucía y Murcia. Page ya tiene experiencia, en eso y en la lucha contra la pandemia, a tenor de los resultados de las últimas semanas. No en vano, hay quien se pregunta si este tacticismo se corresponde con la necesidad de estabilidad y entendimiento. Page puede ofrecer estabilidad, frente a un PP en el que ya hay quien se pregunta también quién está a los mandos.
Pedro Sánchez llevaba tiempo negociando la moción de censura de Murcia, pero la rapidez -veremos si también habilidad- de la presidenta madrileña con la decisión de adelantar las elecciones que cogió a más de uno por sorpresa. Tanto que la propuesta de anticipo electoral para el 4 de mayo, así como la moción presentada por PSOE y Más Madrid tendrá que dirimirse ahora en el Tribunal Superior de Justicia de la comunidad. Ya se entiende menos la moción presentada en Castilla y León, sin ningún atisbo de salir adelante, y menos tras la escenificación de unidad y estabilidad representada este jueves por Mañueco e Igea.
Díaz Ayuso dio un puñetazo en la mesa que ha movido todas las piezas del tablero político. El resultado es aún incierto, pero ya se han empezado a dar movimientos de aproximación entre unos y otros. Desde Vox ofreciendo su apoyo al PP en Madrid, hasta la posibilidad de que Ciudadanos se arrime al PSOE en la misma comunidad. Aún hay muchas incógnitas. Esta cascada de reacciones podría trasladarse a municipios en los que gobiernan unos con otros. ¿A quién le tocará mover ficha ahora?