Fernando García Cano

Eudaimonía

Fernando García Cano


Plataformas en red

09/10/2020

Tras un mes de clases en el nuevo curso académico se puede valorar ya lo útil que está siendo para los docentes, el alumnado y las familias contar con las diversas plataformas en red que se están utilizando en los procesos de enseñanza-aprendizaje de todos los niveles educativos. Los tres posibles escenarios docentes (el presencial, el semipresencial y el no presencial) han obligado al profesorado a programar didácticamente desde la experiencia adquirida durante el confinamiento del pasado curso. En el mundo educativo hemos acabado por convertir aquella situación sobrevenida en un reto para -de esta manera- dar un salto digital importante, que nos ha obligado a superar carencias tecnológicas englobadas en lo que se suele llamar brecha digital.
Lo cierto y verdad es que -como vulgarmente se dice- nos estamos poniendo las pilas a través de la colaboración mutua y la suma de esfuerzos de todos los implicados en el proceso educativo. Las ventajas de usar y aplicar la tecnología en las aulas no residen sólo en que garantizan la continuidad del curso en cualquiera de los tres escenarios docentes que se vayan produciendo, sino también en que posibilitan la intercomunicación mutua entre los tres, porque ya se están dando simultáneamente. Algunos docentes, obligados a guardar cuarentena por contagio de covid o relación estrecha con personas que han dado positivo a las diversas pruebas serológicas, de antígenos o PCRs, están conectados desde sus domicilios con sus aulas a través de esas plataformas que también manejan sus alumnos. A la inversa, también está ocurriendo que puntualmente algún aula o grupo de estudiantes ha de ausentarse de la enseñanza presencial en su centro y siguen con normalidad desde casa la programación didáctica de sus diversas asignaturas. Eso sería impensable sin la herramienta necesaria de las plataformas en red.
Lo que ha descubierto también esta nueva experiencia es que los centros han de dotarse de unas redes wifi que permitan el trabajo del enorme colectivo que suman todos los profesores y alumnos de cualquier instituto o escuela. La conveniencia de operar en el aula y no sólo desde casa con una tablet u ordenador portátil está haciendo que los teléfonos móviles de muchos estudiantes suplan la carencia de mejores posibilidades. En todo caso lo que se constata es que la docencia queda obligada a simultanear -sobre la marcha- al menos tres tipos de docencia conjuntamente. No es bilocarse, ni trilocarse lo que se le pide al docente, pero sí que la situación actual le somete a una tensión particular a la hora de impartir cualquier hora lectiva. Las dificultades añadidas por tan especiales circunstancias dan idea de la complejidad del trabajo docente a quienes sean ajenos a esa profesión. En cierto modo también los trabajadores sanitarios y de otros muchos servicios vienen experimentando tensiones similares o mayores ante la segunda ola de la pandemia que estamos viviendo.
La extensión del manejo de las tecnologías a otros ámbitos de la vida social está siendo incrementada, sin duda, por influjo de lo que se ha logrado ya en el mundo educativo. Es verdad que muchas empresas y entidades bancarias venían desarrollando su pedagogía con los trabajadores y clientes para canalizar las relaciones laborales y comerciales a través de la red, pero el impacto que produce la generalización de su uso en la educación tiene un calado que se irá viendo cada vez en mayor medida. Las administraciones educativas están haciendo su esfuerzo económico y humano para facilitar a los docentes las diversas tareas en sus centros de trabajo, pero la iniciativa personal de tantos grupos de trabajo que venían apuntando en esa dirección, así como la destreza y habilidad tecnológica de los compañeros de informática y cultura audiovisual están resultando decisivos para que vayamos adquiriendo esa alfabetización digital de la que carecíamos. En el empeño por consolidar lo avanzado será decisivo lo que en este curso académico 2020/21 se logre en cada centro educativo. Paradójicamente la conexión entre todos los que forman la comunidad educativa se puede ver fortalecida en tiempos que imponen el distanciamiento social, a la vez que llaman a la creatividad y cooperación de lo que cada uno pueda aportar por propia iniciativa. Lo que no íbamos a conseguir por virtud, se logrará por necesidad.